Si ya el precio de la gasolina en las últimas doce semanas había estado creciendo constantemente de la mano de la tensión de la guerra en Gaza, el ataque de Irán a Israel con misiles y drones ha enconado los nervios en unos inversores que, temerosos de que un gran conflicto entre potencias ahogue el suministro de petróleo, han disparado el precio del crudo en los mercados y, por ende, de las gasolinas que llegan a los surtidores.
El precio medio de la gasolina ha escalado esta semana en las estaciones de servicio de España a 1,67 euros, un nuevo máximo anual después de encadenar su decimotercera subida consecutiva, con lo que ya acumula un encarecimiento del 9,4% en lo que va de año. Así lo refleja este jueves el Boletín Petrolero de la UE, que dibuja para el gasóleo un alza más moderada, hasta los los 1,560 euros, tras encadenar cuatro subidas y repuntar un 4,5% este año. A los precios actuales, llenar un depósito de 55 litros de gasolina cuesta 92,18 euros y llenarlo con diésel, 85,8 euros.
La gasolina y diésel se mantienen así una semana más por encima de los niveles previos a la invasión rusa de Ucrania, en febrero de 2022, cuando costaban 1,592 y 1,479 euros, respectivamente. Sin embargo, ambos siguen lejos del verano de 2022, cuando la gasolina alcanzó los 2,141 euros y el gasóleo los 2,1 (a los que se aplicaba después los 20 céntimos por la bonificación del Gobierno). Y también siguen por debajo del precio que tenían cuando se aprobó el descuento, en marzo de 2022: entonces ambos combustibles se elevaban por encima de los 1,8 euros.
Temor por la situación en Oriente Próximo
El precio de los carburantes es una conjunción de sus componentes: el precio del petróleo, los impuestos, el refinado, el transporte del crudo y los márgenes de las gasolineras. El petróleo pesa un 40% en ese mix, así que las tensiones entre Israel e Irán, tras el ataque del régimen de los ayatollahs, inflige incertidumbre al futuro del precio de las gasolinas, máxime cuando EE UU y la UE han anunciado sanciones que podrían dirigirse al programa petrolífero iraní, lo que reduciría la oferta en el mercado y provocaría un alza de los precios.
"Irán continúa exportando algo de petróleo. Es posible que se pueda hacer algo más. No quiero adelantar nada sobre las sanciones que podríamos imponer, pero es una de las áreas que podríamos abordar", dijo recientemente Janet Yellen, responsable del Tesoro de EE UU. Y es que Irán continúa siendo capaz de evadir las sanciones estadounidenses para exportar petróleo, siendo China uno de sus principales clientes, pese al embargo que fijó el Gobierno de Trump hace unos años.
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