Un estudio internacional liderado por investigadores del CONICET y la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL), en Suiza, ha descubierto que la aplicación de campos magnéticos puede mejorar significativamente la eficiencia de producción de hidrógeno y otros combustibles verdes.
Su funcionamiento consiste en colocar un imán cerca de una celda electroquímica, lo que genera un movimiento en la solución similar a la agitación, facilitando el transporte de reactivos en la reacción. Esto resulta particularmente beneficioso para la reacción de reducción de oxígeno, clave en las celdas de combustible que utilizan hidrógeno para generar energía.
Esta técnica tiene múltiples ventajas ya que se ha observado un aumento del 50% en la eficiencia de la reacción de reducción de oxígeno en estudios de laboratorio, la técnica no requiere el uso de metales preciosos, que son costosos y escasos y permite un control preciso del flujo de reactivos y productos, optimizando la reacción.
Se abre la puerta a una producción más eficiente y sostenible de hidrógeno, un combustible clave para la transición hacia energías renovables. Además, esta tecnología podría aplicarse a otras reacciones electroquímicas, impulsando el desarrollo de nuevas tecnologías de energía verde, reduciendo así la necesidad de combustibles fósiles y las emisiones de gases de efecto invernadero.
Cabe destacar que este es un campo de investigación nuevo y que aún hay muchas preguntas por responder. Sin embargo, los resultados preliminares son muy prometedores y abren una vía importante para el desarrollo de tecnologías de energía más sostenibles.
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