El Ayuntamiento de Barcelona declarará la cincuentena de piscinas públicas de la ciudad refugios climáticos para que puedan abrir este verano a pesar de la situación de emergencia por sequía, según ha avanzado este jueves Catalunya Ràdio.

Esta medida se incluye en el decreto ley de medidas urgentes que la Generalitat de Catalunya aprobó el martes y que deja en manos de los Ayuntamientos la elaboración de un censo de refugios climáticos en el que los municipios podrán incluir piscinas públicas y privadas abiertas a la ciudadanía.

"Son espacios que permiten estar a una temperatura de confort en épocas de calor fuerte", justifican desde el consistorio. Concretamente, la cincuentena de piscinas públicas incluye todas las piscinas municipales interiores o exteriores, incluidas las de los centros deportivos municipales.

Según la primera teniente de alcaldía, Laia Bonet, incluyendo las piscinas en el conjunto de refugios climáticos, se garantiza la «función social» de estos equipamientos para la época estival. 

Bonet, que se ha mostrado crítica con la decisión del Govern, ha asegurado que el Ayuntamiento "pondrá el foco en las personas y en reforzar la red de refugios climáticos para hacer frente a los episodios de temperaturas extremas, cada vez más frecuentes en la ciudad”.

Acceso universal, con un precio público

Desde el consistorio han detallado que el acceso a las piscinas será universal, es decir, estarán sujetas a un precio público para la ciudadanía.

Además, para las personas situación de vulnerabilidad, se desarrollarán ayudas para que ningún barcelonés quede excluido ante las altas temperaturas que se esperan. 

Por el momento, el Ayuntamiento solo ha confirmado como refugio climático las piscinas públicas. En cuanto a las privadas y otros espacios con piscina, el consistorio sigue avaluando si pueden formar parte de la red de refugios.