La inflación baja en la eurozona al 2,4% en marzo, pero en España repunta al 3,3% por la subida del IVA de la luz

Una factura del consumo de luz
Una factura de la luz junto a una bombilla y varios billetes y monedas de euro.
Getty Images
Una factura del consumo de luz

Los precios han dado una tregua al bolsillo en la eurozona en lo que va de 2024. Por tercer mes consecutivo, la inflación se moderó en marzo al 2,4% en el conjunto de economías supervisadas por el Banco Central Europeo (BCE), según los datos publicados este miércoles por Eurostat. Sin embargo, la evolución de los precios en España no avanza en paralelo a la media de la eurozona, afectada por el fin de la rebaja en el IVA de la luz. Frente a la desaceleración registrada en buena parte del Viejo Continente, la inflación repuntó en marzo en España al 3,3%, alejándose así de la media europea.

La tasa de variación interanual del IPC bajó en marzo dos décimas en la eurozona con respecto al 2,6% anotado en febrero. Con este descenso, igualó el 2,4% registrado en noviembre del año pasado, la tasa más baja desde julio de 2021. Del mismo modo, en el conjunto de la Unión Europea, la inflación media se moderó también dos décimas en marzo hasta una tasa interanual del 2,6%, el mejor dato en algo más de dos años y medio. En ambos casos, se confirma la desescalada de los precios con respecto a a los niveles de hace un año, cuando en marzo de 2023 la tasa media de inflación se situaba en el 6,9% en la eurozona y en el 8,3% en la UE.

En cambio, en España, la inflación repuntó en marzo cuatro décimas hasta una tasa del 3,3%, según los datos armonizados de Eurostat. Este alza se debió principalmente a la subida del IVA de la luz al 21%, lo que encareció la factura de la luz tras casi tres años con el tipo reducido para amortiguar el impacto de la crisis sobre el bolsillo de los hogares. Al descontar el impacto de la energía y los precios de los alimentos, del alcohol y el tabaco, la tasa de inflación se moderó dos décimas en marzo en España hasta una tasa del 3,1%, frente al 2,9% en el que se situó en la media en la eurozona.

Pese al acelerón del último mes en el ritmo de subida de los precios, la inflación en España se mantiene todavía por debajo del nivel en el que comenzó el año. En enero, el IPC anotó una tasa de variación anual del 3,5%, tras repuntar dos décimas con respecto a diciembre por una primera subida en el IVA de la luz al 10%. Aquejada por la progresiva retirada de la rebaja fiscal a la electricidad, la tasa de inflación lleva instalada en España por encima del 3% desde septiembre -a excepción del 2,9% anotado en febrero-. 

Por su parte, el IPC de los alimentos se mantuvo a la baja tanto en España como en el conjunto de la eurozona. A nivel nacional, esta tasa de inflación cayó un punto en marzo hasta el 4,4%, su dato más bajo desde noviembre de 2021. Aun así, la cifra supera la media europea, que se situó en el tercer mes del año en el 1,8% en la eurozona y en el 1,2% en el conjunto de la UE.

Moderación en la eurozona

Según los datos difundidos este martes, España se convirtió en marzo en la gran economía de la UE con la tasa de inflación más alta. Al contrario de lo ocurrido al sur de los Pirineos, Francia, Alemania e Italia rebajaron en el tercer mes de 2024 sus tasas de variación del IPC hasta el 2,4%, 2,3% y 1,2% respectivamente, ahondando así por tercer mes consecutivo en la senda de la moderación de precios. No obstante, entre los países europeos, los datos más bajos se registraron en Lituania, Finlandia y Dinamarca, donde los precios han crecido menos de un 1% en el último año. Por su parte, Rumanía y Croacia fueron los peor parados, con tasas por encima del 4,5%.

Aunque a distinto ritmo, la mayoría de países europeos avanzan hacia el objetivo del 2% al que el BCE pretende devolver la inflación. Para domar el alza de precios, la institución presidida por Christine Lagarde mantiene por el momento los tipos de interés en el entorno del 4,5% -su nivel más alto desde la entrada en circulación del euro-, aunque apunta a que la primera bajada podría llegar en junio. "Si la evaluación actualizada de las perspectivas de inflación, la dinámica de la subyacente y la intensidad de la transmisión de la política monetaria reforzase en mayor medida su confianza en que la inflación está convergiendo hacia el objetivo de forma sostenida, sería apropiado reducir el actual nivel de restricción", expresó la semana pasada Lagarde tras la reunión de la autoridad monetaria.

Pese a la senda bajista en la que se encuentra instalada la inflación en el Viejo Continente, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha advertido en sus últimas previsiones macroeconómicas de que una escalada en la guerra de Gaza o el recrudecimiento del conflicto en Ucrania podría interrumpir la contención de precios. Esto obligaría a los bancos centrales a retrasar las bajadas de los tipos de interés y, al mismo tiempo, podría ralentizar el crecimiento económico.

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