Tenía 20 años cuando, pensando en resolver un pequeño problema, Melanie Perkins puso los cimientos de lo que hoy es una de las aplicaciones más  utilizadas del mundo, valorada más de 40.000 millones de dólares: Canva. Ahora, Melanie Perkins, a sus 35 años, es una de las mujeres más ricas de Australia y una de las multimillonarias hechas a sí mismas más jóvenes del mundo.

Sin embargo, pese a que muchos le atribuyen el éxito de la plataforma, ella no suele acharcalo a sí misma. De hecho, solo se considera la "portadora" circunstancial de una ingente cantidad de dinero que no le pertenece y se ha sumado a la iniciativa Warren Buffet y Melinda y Bill Gates, que compromete a los multimillonarios a donar la mayor parte de su patrimonio a causas filantrópicas. 

Hacer más accesible el diseño de anuarios

Era 2008 y Perkins estudiaba diseño gráfico en la universidad: entonces, las herramientas para desarrollar su profesión eran pocas y complejas. Diseñar e imprimir un cartel o un folleto era un proceso engorroso en aquel momento. De este problema surgió su idea. Melanie Perkins se lanzó a trabajar.

El primer paso fue montar, en el salón de la casa de su madre, junto a su entonces novio -ahora esposo- Cliff Obrecht, una empresa de diseños de anuarios online y colaborativa que fue todo un éxito en universidades de todo Australia: Fusion Books. Se trataba de una plataforma que permitía a los estudiantes diseñar sus propios anuarios. Más tarde, llegó el siguiente problema: sin financiación, no podía seguir creciendo.  

Todo empezó en el kitesurf

Encontrar el dinero les llevó más de cien 'no' de inversores en Silicon Valley, hasta que se toparon con un inversionista: Bill Tai, que había respaldado a Zoom y a TweetDeck anteriormente. Con algo de ingenio, lograron acercarse a él a su llegada a Australia para hacer de jurado en un evento de kitesurf. De ese primer contacto salieron sin dinero, pero formando parte del grupo de kitesurf del inversor. 

Él fue quien les aconsejó que aprendieran el deporte, porque los inversores de capital riesgo que podrían estar interesados en su proyecto lo hacían. Y funcionó: a través del grupo conocieron a Cameron Adams, ex-Google con quién lograron recaudar 3 millones de euros. En 2013, con un cambio de nombre, nacía Canva, que obtuvo en su primer año 600.000 usuarios.

Eliminar los sesgos de género en su empresa

Quizás por pertenecer a ese 2% de mujeres que lidera una empresa tecnológica, Perkins ha introducido protocolos para eliminar los sesgos de género durante los procesos de selección de su compañía. Y los resultados son visibles: en Canva el 41% de los empleados son mujeres, frente al 28% del sector. Otro éxito de Perkins.