¿Quién pensaría que un mantra se pudiese bailar? ¿Puede una canción resultar una potente meditación? Ravi Ram, conocido como el mago del sonido por realizar fusiones que parecen imposibles, responde a esas incógnitas en su espectáculo, Hope, el próximo 14 de abril en el Teatro Lope de Vega de Madrid.

Sus fusiones llevan al público a una conexión sublime con su música, un viaje interior que no deja indiferente a quien acude a sus espectáculos donde los mantras, la danza y la delicadeza del detalle no son incompatibles con una fuerza musical que resulta arrolladora. Esta vez, la colaboración con el innovador Black Light Gospel Choir, dirigido por Rebeca Rods, añade un toque de energía y voces excepcionales que coloca la música espiritual a otro nivel.

La misión de Hope es infundir esperanza en los corazones, llenándolos de alegría y paz, guiados por la vibración sanadora de los mantras y un claro mensaje de optimismo, libertad y amor compasivo.

De esta forma, Ravi Ram llenará de vida y pasión el Teatro Lope de Vega de Madrid, el domingo 14 de abril a las 12 de la mañana, tras su éxito en Barcelona, con dos sold out en el Palau de la Música, ofreciendo una experiencia de música devocional inolvidable. Después de Madrid, sus próximas citas serán en Bilbao, San Sebastián y Asturias.

Referente nacional y conocido internacionalmente

Ravi Ramoneda, conocido como Ravi Ram, es un artista y músico multi-instrumentista, referente a nivel nacional y reconocido internacionalmente por su estilo único dentro del Kirtan (canto de mantras), Canto Devocional, Worldmusic y Sound Healing. Su música es un viaje directo al ser.

Nacido en una comunidad yogui de Cataluña, en plena naturaleza, siempre ha estado vinculado al crecimiento personal y al desarrollo interior ya que sus padres, miembros de esta comunidad y profesores de yoga en una época donde apenas se conocía esta disciplina, desde joven le facilitaron contacto con los maestros y gurús espirituales más relevantes de todo Oriente, a través de numerosos viajes donde muy niño ya vivió entre ambas culturas gracias a su particular entorno