Juan Luis Saldaña Periodista y escritor
OPINIÓN

Ayuso a través del espejo

La presidenta de la Comunidad de Madrid (España), Isabel Díaz Ayuso.
La presidenta de la Comunidad de Madrid (España), Isabel Díaz Ayuso.
EFE
La presidenta de la Comunidad de Madrid (España), Isabel Díaz Ayuso.

Deberíamos ponernos de acuerdo con las reglas del juego. No es la primera vez que pasa, pero alterar las normas o utilizarlas a conveniencia no parece razonable. Las reglas dicen que un familiar de un político está fuera de la política y se le debe tratar como a un particular. Si no respetamos esto, queda abierta la veda para una sucesión de cacerías muy incómodas e injustas. Los políticos se hacen daño a sí mismos y se preparan un futuro complicado. Tendrán que emparejarse entre ellos porque no habrá quien los aguante. Casta y endogamia. Buen plan. 

La obsesión con Ayuso por parte del principal partido de su oposición parece, entre otras cosas, una muestra impresionante de debilidad e inseguridad. No resulta razonable que los principales cargos del gobierno se pongan tan nerviosos, dediquen sus energías a atacarla constantemente sin reparar en tribunas o momentos. El gobierno de un país se empeña en hacer oposición contra una presidenta autonómica y choca contra un muro de goma que le devuelve el golpe y lo deja en ridículo.

La obsesión con Ayuso por parte del principal partido de su oposición parece, entre otras cosas, una muestra impresionante de debilidad e inseguridad.

Ayuso atraviesa el espejo de la realidad y vive en su mundo. Se parece demasiado a los que la atacan. Se defiende con descaro y se transforma en una Medusa que convierte en piedra a aquel que la mira. Sería mejor dejarla tranquila con sus competencias autonómicas, no darle voz, no despertar todavía más a una bestia que puede arrasar con todo porque no tiene miedo, complejos, ni medida.

Llenar el espacio informativo con Ayuso puede ser rentable en la medida en que no se habla de otra cosa y hay mucho de lo que no hablar, pero el principal partido de la oposición de la presidenta de la Comunidad de Madrid debería medir los esfuerzos. El miedo es un mal consejero y las trampas se acaban descubriendo. La violación flagrante de la protección de datos de un particular y la posesión de información privilegiada de una ministra que viaja al futuro a leer la prensa y vuelve para contarlo son episodios raros y que dejan rastro como la baba de un caracol.

Alicia se encuentra con Humpty Dumpty, un egocéntrico personaje con forma de huevo que se siente muy seguro en lo alto del muro, pero todos sabemos que la caída puede ser apoteósica. Alicia es una niña, una niña mimada, inconsciente, caprichosa y permeable a influencias de personajes extraños y curiosos. La política debería estar en manos de personas más serenas, con más poso y capacidad de respetar las reglas. Enorgullecerse de ponerle un espejo delante al rival y creerse la némesis perfecta suelen ser síntomas de no conocerse a uno mismo, de ignorar o no querer ver la miseria propia y la debilidad. 

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