Qué es una cuestión de confianza, el mecanismo que tendrá que aplicar Collboni para aprobar los Presupuestos de Barcelona

El pleno del Ayuntamiento de Barcelona este 23 de febrero de 2024.
El pleno del Ayuntamiento de Barcelona este 23 de febrero de 2024.
Ajuntament de Barcelona
El pleno del Ayuntamiento de Barcelona este 23 de febrero de 2024.

El pleno del Ayuntamiento de Barcelona ha tumbado los Presupuestos presentados por el alcalde Jaume Collboni. El socialista solo ha tenido los votos a favor de su propio partido y los de Esquerra Republicana (ERC), con quien acordó un pacto para tramitar las cuentas en febrero. Sin embargo, la resolución de este viernes no ha sorprendido a nadie, puesto que las negociaciones con los comunes –necesarios para aprobarlas- no han sido fructuosas.

No obstante, Collboni tiene una última oportunidad para sacar adelante los Presupuestos y es mediante una cuestión de confianza. Se trata de un mecanismo regulado por el artículo 197 bis de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG) que tanto Xavier Trias (2013) como Ada Colau (2017 y 2018) utilizaron anteriormente. Está pensado para garantizar la estabilidad de los gobiernos, pero ¿cómo funciona la cuestión de confianza?

Entre las situaciones por las que el edil puede activar este instrumento está la aprobación del presupuesto, siempre y cuando este se haya debatido previamente en un pleno. Una decisión que ha tomado el alcalde de la capital catalana tras perder la votación de este viernes. Ha convocado un pleno extraordinario el 27 de marzo para activar el mecanismo y que los partidos voten. 

Se aprobarán automáticamente

Aunque todo parece indicar que también perderá la cuestión de confianza, eso no impedirá que los Presupuestos acaben aprobándose más adelante de manera automática.

Según especifica la LOREG “se entiende otorgada la confianza y aprobado el proyecto si en el plazo de un mes desde que se vote el rechazo de la cuestión de confianza no se presenta una moción de censura con un candidato alternativo a alcalde, o si esta no prospera”.

Eso quiere decir que si las formaciones votan en contra y no le dan su confianza, tendrán que ponerse de acuerdo para en el plazo de 30 días presentar un candidato que sustituya al actual alcalde. De lo contrario, las cuentas quedarán automáticamente aprobadas en un mes. 

Un hecho que parece imposible en el consistorio barcelonés, ya que en la oposición están Trias per Barcelona, Barcelona En Comú, ERC, PP y Vox, formaciones muy diferentes ideológicamente.

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