A fondo

La historia detrás del Beti-Jai, el frontón que dejó de escuchar la pelota y los aplausos... y que ahora reabre tras más de un siglo cerrado

El frontón Beti-Jai de Madrid en pleno partido de pelota en 1916.
El frontón Beti-Jai de Madrid en pleno partido de pelota en 1916.
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El frontón Beti-Jai de Madrid en pleno partido de pelota en 1916.

La pista central de la Caja Mágica tiene algo más de 12.000 butacas y en mayo, cuando se celebra la final del Open Madrid de tenis, se pone hasta arriba. Ese mismo lleno, esa misma expectación, vemos en la Philippe Chatrier de Roland Garros o en la pista central de Wimbledon. El tenis es hoy un fenómeno de masas, pero no hace tanto tiempo de cuando el deporte de pelota (pequeña) que arrastraba multitudes en España era otro.

El juego de pelota es hoy la pelota vasca y se juega en el País Vasco, Navarra, La Rioja, zonas del norte de Castilla y León, y en el País Vasco francés. Pero hace sólo un siglo de cuando en España había frontones en todas partes. Sólo Madrid albergaba una treintena. Y se llenaban.

La fiebre de la pelota

Todo el mundo jugaba en las calles y plazas. Al principio, se jugaba a pelota de forma directa, con un equipo en cada campo y sin frontis ni pared en la que golpear la pelota. Luego, cuenta Santiago Lesmes Zabalegui en Pelotavasca.org, se introdujo el juego indirecto, el llamado juego de ble, con la pared o frontón. "Entonces sí, podemos hablar ya de pelota vasca", comenta.

Frontón Beti-Jai
Frontón Beti-Jai
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El origen del juego de pelota

  • Hay referencias a la práctica del juego de pelota en Castilla en la Edad Media, pero su origen se asocia al 'jeu de paume' o juego de palma. Se le considera precursor del tenis y de todos los juegos de raqueta que se practicaron en Europa desde el siglo XIII, con especial relevancia en Francia. En el 'jeu de paume' se golpeaba con la palma de la mano ('pamue', en francés) una pelota de piel de oveja que debía pasar por encima de una red. En el siglo XVII, el juego de pelota era preferentemente con guante. En el XIX, se asientan las modalidades más representativas de la pelota: mano, pala, remonte y cesta punta. En el siglo XX la pelota vasca ya estaba totalmente profesionalizada.

Ocurría, ya decimos, en medio país y no sólo en Euskadi. A mediados de siglo XIX aparecieron en Madrid varios frontones. El más famoso de ellos era el Ariel, situado cerca del Paseo de la Castellana, a la altura de la calle Fernando el Santo.

Jugar a pelota en plena Puerta del Sol

Fue habitual el aprovechamiento de zonas urbanas propicias para el juego. Estos espacios improvisados causaron quejas de los vecinos por el ruido que producían los jóvenes pelotaris y, sobre todo, por el miedo a ser alcanzados por una pelota. Las crónicas cuentan que en 1850 se jugaban partidos en la misma Puerta del Sol. Los jugadores utilizaban como frontis un muro de la iglesia del Buen Suceso. 

Un jugador español de pelota vasca.
Un jugador español de pelota vasca.
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Frontones en Madrid desde 1632

  • En Madrid hay ya noticias del juego de pelota en 1632. De esa fecha es una referencia a las reparaciones en el corredor del juego que había en la plaza de Oriente. En el plano de Madrid de Pedro de Teixeira, de 1656, ya aparece una calle nominada como Juego de la Pelota. Otras canchas de los siglos XVII y XVIII fueron la de Prado Alto, junto a San Jerónimo y el juego de pelota del palacio del Buen Retiro.

Sirva todo lo dicho para entender cómo de importante llegó a ser el frontón Beti-Jai, que tuvo como frontón capacidad para 4.000 espectadores.

Las 4.000 localidades del Beti-Jai

Joaquín Rucoba, autor entre otros del teatro Arriaga y el Ayuntamiento de Bilbao, la plaza de toros y el mercado Alfonso XII de Málaga, fue el encargado de iniciar la construcción del frontón Beti-Jai en 1893. Las obras concluyeron al año siguiente, siendo inaugurado el 29 de abril de 1894.

El histórico frontón Beti-Jai, en Chamberí.
El histórico frontón Beti-Jai, en Chamberí.
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El primer partido de pelota que acogió tuvo lugar el 29 de mayo de 1894. En 1918, sólo 25 años después de ese primer juego, dejó de funcionar como frontón. La superficie de la cancha al aire libre se utilizó para construir pabellones que albergaron coches. Luego tuvo mil usos, desde comisaría de policía a cárcel, pasando por taller de objetos de escayola y cartón piedra.

Hubo suerte y la piqueta, tan eficiente durante décadas contra el patrimonio artístico de este país, no acabó con el Beti-Jai pese a encontrarse en pleno centro de Madrid (en el 7 de la Calle del Marqués de Riscal, barrio de Chamberí). Y así llegó a nuestros días, si no vivo, al menos en pie.

Imagen de cómo estaba el frontón Beti-Jai de Madrid en 2010.
Imagen de cómo estaba el frontón Beti-Jai de Madrid en 2010.
WIKIPEDIA/Igor González Martín

Fue declarado monumento nacional en 1991 y Bien de Interés Cultural en 2011. En 2015, el Ayuntamiento de Madrid finalizó el proceso de expropiación y lo adquirió, dando inicio así a los trabajos para recuperarlo sin alterar su esencia. Las obras de rehabilitación finalizaron a principios de 2019. Desde el próximo 28 de marzo se podrá visitar los sábados y domingos.

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