Luces y sombras de la llegada de Ana Sandra Lecquio hace un año a la vida de Ana Obregón

Ana Sandra Lecquio García cumple hoy, 20 de marzo, un año.
Ana Sandra Lecquio García cumple hoy, 20 de marzo, un año.
Ana Sandra Lecquio García cumple hoy, 20 de marzo, un año.
Ana Obregón con su nieta Ana Sandra
@ana_obregon_oficial/INSTAGRAM

Ana Sandra Lecquio García cumple hoy, 20 de marzo, un año. Ella no lo sabe, pero su llegada a este mundo supuso un antes y un después en la vida de su abuela, la actriz Ana Obregón, que pasó del infierno al cielo en cuanto la tuvo en sus brazos. 

Pero este nacimiento, que descubrió la revista Hola publicando unas fotos de Obregón saliendo de la clínica con la bebé en brazos, ha tenido una cronología con luces y sombras.

Para su abuela, el nacimiento de la pequeña por gestación subrogada, ha sido su salvación, lo que la sacó del pozo profundísimo donde cayó tras la muerte de su hijo Aless Lecquio, poco antes de cumplir 28 años, en 2020.

La portada de '¡Hola!', con Ana Obregón como protagonista.
La portada de '¡Hola!', con Ana Obregón como protagonista, tras nacer Anita.
REVISTA '¡HOLA!'

Ana Sandra (Anita) vino al mundo, según su abuela, gracias al testamento dejado en vida por Aless Lecquio, que se enfrentó a un agresivo cáncer que finalmente se lo llevó en mayo de 2020 en Barcelona. Los duros tratamientos recibidos llevaron al joven a congelar esperma y transmitirle a su madre su deseo de convertirse en padre en algún momento, información que, por lo visto, que solo conocía ella.

Los protocolos sanitarios usados en tratamiento oncológicos facilitan a pacientes en edad reproductiva la posibilidad de donar óvulos o espermatozoides con el fin de favorecer la reproducción en caso de infertilidad sobrevenida.

Recientemente, el padre de Aless Lecquio, Alessandro Lecquio, ha dicho que él se enteró del nacimiento de Ana Sandra por la prensa, es decir, estaba alejado de los propósitos de su hijo, según viene a confirmar.

Ana Obregón deja el blanco
Ana Obregón en la presentación del libro de su hijo.
Europa Press

Aunque la niña nació el 20 de marzo, fue una semana después cuando su abuela la pudo recoger, en silla de ruedas, siguiendo las directrices del centro médico, donde la madre subrogada habría cobrado unos 35.000 euros por prestarse. El tratamiento habría costado en total, unos 170.000 euros, según publicó la revista Lecturas.

Esta técnica de reproducción asistida está prohibida en España y saber que Ana Obregón, que entonces tenía 68 años, había recurrido a ella, suscitó un enorme debate público.

Ana permaneció más de un mes en un apartamento en Miami, una condición también impuesta por la clínica donde nació la niña. Allí ya dio su primera exclusiva. El dinero percibido por esta y por otras que tendrían lugar después iba a ser destinado a la Fundación Aless Lecquio, según confirmó ella misma como presidenta.

Ana Obregón, en el bautizo de Ana Sandra.
Ana Obregón, en el bautizo de Ana Sandra.
MEDIASET

Este asunto, si el dinero llegó o no a la Fundación, ha sido uno de los temas espinosos con los que Obregón ha tenido que lidiar los últimos meses, puesto que ella misma ha reconocido en sus redes y en programas de televisión que la crianza de Ana Sandra le supone un coste elevado y ha empleado parte de ese dinero en eso.

La actriz regresó a la vida pública en mayo, cuando presentó ante la prensa el libro El chico de las musarañas (Harper Collins), que, según contó, comenzó a escribir su hijo y que terminó ella al morir Aless. El dinero de las ventas también se iba a destinar a la Fundación del joven, que aborda ayudas económicas contra el cáncer.

De momento, la editorial no ha notificado cuánto ha ganado por este libro en cuestión de derechos y si esa cantidad ha ido destinada a la Fundación.

En esa presentación. Obregón recordó su travesía en el desierto, que la llevó incluso a pensar en el suicidio. Y explicó que las críticas por "encargar" el nacimiento de su nieta le daban exactamente lo mismo y que ella se había limitado a cumplir la petición de su hijo.

Alessandro Lecquio, en 'Vamos a ver'.
Alessandro Lecquio, en 'Vamos a ver'.

A partir de este momento, el Instagram de Ana se ha llenado de fotos de la niña, muy risueña y simpática, casi siempre vestida de rosa, el color que inunda la casa de La Moraleja (Madrid) de la actriz desde que ella apareció eliminando el negro que se había impuesto.

El bautizo de Ana Sandra también dio mucho que hablar. Ana tuvo que cambiar de padrino porque el íntimo amigo de Aless que iba a tener ese papel, un médico americano, no pudo venir. La madrina fue su sobrina Celia, que es la persona que se quedará al cargo de Ana Sandra si su abuela fallece y para la que hay ya toda una serie de instrucciones.

Ana Obregón, concentrada exclusivamente en la crianza de la niña, ha tenido que luchar contra otro elemento doloroso. El abuelo de la niña, Alessandro Lecquio no la conoce todavía. Por más llamamientos que ha hecho usando todos los canales posibles, Ana no ha conseguido que su expareja y padre de Aless haya querido conocerla. Ni que acudiera a su bautizo. Que se sepa, ninguno de los otros hijos de Alessandro, la pequeña Ena (nacida de su boda con María Palacios) ni Clemente (hijo de Antonia Dell´Atte), la conocen.

El conde ha vivido la muerte de su hijo con una total entereza y discreción. Ha denunciado reiteradamente que se hable de él y de cosas que solo el joven sabía y pensaba, lo que incluye a su madre. Y encara el tema de Ana Sandra con evidente malestar.

Sea como sea, Ana Obregón, que cumplió el pasado día 18 69 años, ha encontrado en la niña el flotador al que asirse. Todos sus mensajes en redes giran en torno a ella y al recuerdo de su hijo, a quien la niña se parece de manera extraordinaria tanto físicamente como de personalidad, al decir de Ana.

La familia de Ana, sus cuatro hermanos, Javier, Juancho, Amalia y Celia, y sus sobrinos han cerrado filas en torno a ella. Son su principal acompañamiento. Para la futura boda del hijo de Javier, llamado también Javier, Ana y su hija serán las invitadas más esperadas.

Ana sopla sus velas en presencia de Ana Sandra, su nieta.
Ana sopla sus velas en presencia de Ana Sandra, su nieta.
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