Los últimos objetos de los pisos y el realojo: el desafío de dejar atrás la pesadilla del fuego

  • Los afectados por el incendio de Valencia tratan de asimilar su nueva realidad.
  • El juez entregará los restos de los fallecidos tras concluir las identificaciones.
Dos bomberos, tras recuperar pertenencias de los afectados, entre ellas un juego.
Dos bomberos, tras recuperar pertenencias de los afectados, entre ellas un juego.
JORGE GIL / EP
Dos bomberos, tras recuperar pertenencias de los afectados, entre ellas un juego.

Los afectados por el incendio de Valencia que el pasado jueves arrasó las 138 viviendas de un complejo residencial del barrio de Campanar intentan recuperar sus vidas, poco a poco y en la medida de lo posible, tras el impacto que han recibido. Lo han perdido casi todo, ya que solo unos pocos objetos personales, que han empezado a recoger este martes, se han podido salvar de las llamas. Mientras, los que solicitaron el realojo en los 131 pisos sociales de obra nueva recién adquiridos por el Ayuntamiento en el barrio de Safranar han comenzado a instalarse en ellos. A última hora del día ya eran 54 familias (103 adultos y 13 niños). Por otro lado, la Policía ha concluido la identificación de las 10 víctimas mortales y el juzgado contactará ahora con los familiares para la entrega de efectos y tramitar las licencias de enterramiento.

Durante la mañana, y tras el visto bueno del juez por no afectar ya a la investigación, una veintena de vecinos del inmueble siniestrado se acercaron a la zona, donde un equipo de Policía Local y Bomberos les atendió. Sobre un plano, los afectados pudieron explicar a los bomberos (que son quienes accedieron a las viviendas) la distribución de las casas. Estos efectivos fueron haciendo viajes al edificio para rescatar pertenencias de las familias.

Uno de los residentes, Othimani Boudaud, explicó que los bomberos pudieron acceder varias veces a su casa, en la quinta planta. Este ciudadano pasó buena parte de la mañana la zona y pudo recuperar varias bolsas con efectos personales, aunque explicó que los bomberos le trasladaron que la vivienda estaba "completamente afectada". Cajas fuertes y bolsas con objetos personales fueron los enseres más habituales que sacaron los efectivos y, como curiosidad, una de las familias pudo recuperar una caja intacta del juguete de un parque de bomberos.

Al tiempo que van cerrando el capítulo de sus antiguos hogares destruidos, la nueva realidad se abre paso para ellos. Algunos han podido optar por alojarse en segundas residencias o casas de familiares, pero la mayoría, en torno a un centenar, se están instalando desde el lunes en el edificio de propiedad municipal ubicado en Safranar. Allí el goteo de operarios para la puesta a punto del mobiliario era constante. Los realojados, que estrenan las viviendas, ansían cierta "tranquilidad" y "estabilidad" tras las duras jornadas vividas los últimos días.

Así lo relatan Anie y Mauri, madre e hijo, que se acercaron hasta el bloque de 131 viviendas para ver cómo son los pisos. "Estoy muy contenta, agradecida y con mucha ilusión", dijo, conmovida, Anie, que confía en poder entrar pronto a uno de ellos y empezar a rehacer su vida tras perder todo en el voraz incendio. "Imaginar un futuro a corto plazo, en un lugar donde poder estar un poco tranquila y ya pensar qué vamos a hacer en adelante con la vida en adelante da tranquilidad, ilusión y alegría", afirmó la anciana ante la puerta de la finca, donde se colgó un cartel, pintado por una niña, Sara, con un mensaje: Mucho ánimo.

"Los pisos están muy bien. La verdad es que es mucho más de lo que estábamos esperando", enfatizó Mauri, que destacó que las viviendas están totalmente equipadas y amuebladas. En este sentido, se mostró muy agradecido por el apoyo del Ayuntamiento y de las entidades y empresas que han colaborado en la preparación de los inmuebles: "Se han portado a las mil maravillas".

Otras familias, como la de Constantin, que acudió al bloque para recibir las llaves de su piso, ya empiezan a imaginar cómo será su nueva vida en Safranar. Este padre de familia con dos hijos menores celebra poder dejar atrás la provisionalidad e incertidumbre de estar hospedados en uno de los hoteles habilitados para los vecinos afectados. "Hay que mentalizarse. Estamos vivos, que es lo más importante. Las cosas personales dan igual. Ahora ya no empezamos de cero, ya tenemos una casa. Por lo menos ya sabemos que tenemos una vivienda donde podemos vivir tranquilos", destacó.

"Estoy asimilándolo"

Catalin Stefan está convencido de que su familia fue de las últimas en dejar el edificio en llamas de Campanar el día del incendio, y lo hizo tras avisarles él de que salieran "rapidísimo" después de ver, a través de unos vídeos, la rapidez con la que avanzaban las llamas. Ahora se mentaliza para "empezar de cero" en el nuevo piso de Safranar. Afirma encontrarse "muy mal, muy mal", porque ya saben quiénes son las diez víctimas mortales, y están de reuniones para ver "cómo se va a reconstruir" la situación.

Jair Vegas es otra vecina del edificio arrasado. "Estoy asimilándolo; bastante triste a la vez que un poco positiva porque gracias a Dios no estaba allí dentro y no viví tampoco la situación, el horror de tener que salir corriendo", describió.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento