El juicio contra José Luis P. R. de A., un vecino de La Solana (Ciudad Real) acusado de atentado a la autoridad por agredir a dos policías locales, a los que, su vez, denunció por detención ilegal, quedó hoy visto para sentencia.

En la última sesión, tanto el fiscal como la defensa de los policías locales y la defensa del presunto agresor, se ratificaron en sus conclusiones, en las que pidieron dos años de cárcel para el presunto agresor y tres años para cada uno de los dos agentes, respectivamente.

El juicio, que se inició el pasado jueves, quedó aplazado hasta hoy por la ausencia de uno de los testigos, un cliente del bar donde se iniciaron los hechos, que declaró que no se acordaba de nada y que se remitía a lo que declaró en su momento en el juzgado.

En aquella ocasión, dijo que oyó como el presunto agresor recriminó a los policías que estaban el bar, tomaban un café, pero, que no oyó supuestos insultos a los agentes y que cuando estos sacaron al hombre a la calle, ya no vio nada más.

En sus alocuciones finales, el fiscal y la defensa de los policías sostuvieron que el hombre agredió a los dos policías, a uno en la puerta del bar y al otro al bajarse del coche en la Jefatura de la Policía Local, y que la actuación de estos siempre fue ajustada a los reglamentos.

El fiscal, aunque reconoció que no habría que magnificar los hechos, dado que no se utilizaron ningún tipo de armas, sí se ratificó en la existencia de un delito de atentado a la autoridad.

Por su parte, la defensa del acusado de agresión defendió que la detención ilegal ya se produjo en el propio bar, cuando el hombre, según su versión, fue obligado a salir a la calle sin que, hasta ese momento, se le acusara de nada.

Ateniéndose a las declaraciones de los testigos y la, en su opinión, contradicción entre las propias declaraciones de los dos agentes, dijo que se puede comprobar que el acusado no insultó a los policías en el bar y, una vez fuera, no se puede constatar la agresión a los mismos, dado que no hubo testigos y las lesiones de los policías podrían tener otro origen.

Consideró, en todo caso, que su defendido podía haber cometido una falta cuando, aún dentro del bar, amenazó a los policías diciéndoles que se iban a enterar, una amenaza dijo que no se concretaba-

Los hechos se desarrollaron a partir de las 16.00 horas del día 13 de junio de 2006, cuando José Luis, que había sido multado por uno de los agentes tiempo antes, entró al bar y, supuestamente, increpó a los por estar bebiendo y no la calle poniendo multas como habían hecho con él.

La sucesión de hechos se desarrollaron hasta unas tres horas después, a la salida del bar, su posterior traslado a la Jefatura de la Policía Local y su posterior entrega a la Guardia Civil, que se hizo cargo del caso.