Encarna Samitier Directora de '20minutos'
OPINIÓN

Después de la tragedia

Flores, velas y algún peluche depositados ante el edificio incendiado de Valencia.
Flores, velas y algún peluche depositados ante el edificio incendiado de Valencia.
Manuel Bruque/EFE
Flores, velas y algún peluche depositados ante el edificio incendiado de Valencia.

El catastrófico incendio de Valencia deja 10 vidas segadas, familias destrozadas y un vecindario que ha de recomenzar de cero. También deja historias de solidaridad y de heroísmo, el afecto de toda España, y una enorme y urgente tarea para las administraciones. Revisar todas las medidas de seguridad -y si los aislamientos y materiales son los adecuados- es obligado. Las ordenanzas son cada vez más exigentes, muchas veces a golpe de tragedia, pero de una manera durísima hemos visto que siempre hay que dar una vuelta de tuerca.

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