Los Chichos: "Cuando cantas realidades del día a día, eso se pega"

Entrevista a Los Chichos
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Entrevista a Los Chichos
Entrevista a Los Chichos.

Este 2024, Los Chichos cumplen 50 años de carrera artística que han pasado volando desde aquel Ni más, ni menos (1974), pasando por Son ilusiones (1977) o Yo el Vaquilla (1985). 50 años que no son nada para una banda que ha conquistado los corazones de cientos y cientos de españoles, con sus canciones, estampas cotidianas de amor, desamor y de canalleo (sexo, drogas y maleantes).

Ahora se despiden con la gira Hasta aquí hemos llegado que arranca el próximo sábado 2 de marzo en Bilbao e incluye 12 fechas confirmadas hasta el momento, a las que se incorporarán más. Y en el que "cada concierto va a ser una despedida, va a ser un mundo", declara Emilio González García (en adelante Emilio Jr.), hijo de Emilio y tercer chicho que entró en la banda en 1991.

Todo empezó cuando en la sala Dallas de Castro Urdiales el cuñado de Emilio González Gabarre le presentó como "el chicho". "Y, desde entonces, aquí estamos Los Chichos", cuenta Emilio. Eso fue el inicio de todo. Los Chichos son Emilio, fundador junto a su hermano Julio, y Juan Antonio Jiménez Muñoz, 'Jero', que dejó la banda en 1990.

Entre sus cifras se cuentan más de 117 casetes, 57 CD, 54 LP, 44 singles. "Nosotros y Camarón somos los inventores del casete", comenta Julio. "Sacaban un disco y cuando volvían a publicarlo era un revuelto de canciones. En cada casete tenían canciones de diferentes LP", añade Emilio Jr.

La música de Los Chichos es transversal porque es para todo el mundo. "Los barrios a nosotros nos favorecen. La gente humilde, normal, inclusive delincuentes. A mí me gusta porque compran nuestros discos, van a nuestros conciertos, y a muerte. Podemos también agradar a la gente yuppie, pero bueno, lo mínimo, los menos. Eso sí, el que nos escucha se engancha, porque nuestra música conecta, y quien dice la verdad, ni peca ni miente. Hasta un músico de Sabina que tocaba rock and roll —con Sabina hemos grabado dos discos, él como productor—, cuando nos escuchó, nos dijo "yo me cambio de música". "Al final cantamos lo mismo, Sabina y nosotros. Son las mismas cosas. Aunque uno de una manera, y otros de otra", comenta Julio.

El arte

No sabemos que les queda por hacer. Y ellos bromean con la idea. "Subir a la Luna", dice Emilio. "Ser millonario", añade Julio. Ricos en fans sí que son. Porque al final Los Chichos son puro vivir. "Completamente, hemos derramado muchos sentimientos en las canciones", subraya Julio. La grandeza se demuestra en las pequeñas cosas. Antes de empezar nuestra entrevista, Julio se arrojó a cantar por todo lo alto, a lo que Emilio añadió: "Y yo no te bailo porque no me apetece ahora".

Les atrapa el flamenco, con esa fuerza de la tierra, universal. "El flamenco es un quejío, que tiene que salir del alma. En cualquier sitio siempre va a haber gente que lo conozca, aunque no entienda las letras. Mira a los japoneses, mueren con el flamenco. Yo tengo en el Olimpo a Carmen Amaya y a Farruquito, porque parece que flota en el aire, es el mejor de todos los tiempos, es una arte que le viene de su abuelo, el Farruco: menudas enseñanzas inmensas que ha absorbido con inteligencia, cautela y respeto", afirma Julio emocionado. Todos son unánimes con que Rosalía es una monstrua, una fenómena.

Los Chichos saben de dónde vienen, a dónde llegan, y el tipo de canciones que hacen, lo desgarradoras que son. "Son canciones que no pasan desapercibidas, te pellizcan el corazón y te tocan los sentimientos", apunta Emilio Jr. "Hemos tocado todos los palos. Amor, desamor, presos, drogas, malas vivencias, prostitución, todo. Cuando estás cantando realidades que son el pan de cada día, si lo haces bonito, con sentimiento y transmitiendo, eso se pega", subraya Julio.

El sufrimiento

Entonces su música surge del desgarro, de los estragos, los obstáculos y las pruebas que te pone la vida, de pasarlas canutas. "Como los negros que tocan blues, perseguidos como los gitanos. Un canto sufrido, una melancolía y un sentimiento", apunta Julio. "De hecho, el blues y el flamenco vienen del sufrimiento, de la explotación", subraya Emilio Jr.

Reconocen que han ido evolucionando con el tiempo, pero sin cambiar sus cánones, ni su forma de ser ni de estar. Y sabiendo muy bien que en la música hay que transmitir, "si no transmites, mal asunto", indica Julio.

Entre sus mejores anécdotas está la de una pareja que se casó con el Mujer cruel como marcha nupcial, o el médico de Almería que opera a sus pacientes con música de Los Chichos. Este es el adiós de un sonido arraigado a nosotros porque "a ver, dime quién no ha escuchado a Los Chichos", remata Emilio.

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