Una de las dudas habituales al acercarse la campaña de la declaración de la Renta para muchos contribuyentes es qué ocurre con la herencia que nos ha dejado un familiar o un ser querido: ¿debemos tributar esas cantidades en el IRPF o están exentas en la declaración? Gran parte de estas dudas se deben a que, al recibir una herencia, ya se grava con el Impuesto de Sucesiones. 

En ese sentido, la ley del IRPF es clara: en el cuarto punto de su artículo 6, relativo a los hechos imponibles, se establece que "no estará sujeta a este impuesto la renta que se encuentre sujeta al Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones".

Las cuantías y conceptos percibidos en una herencia sujetos al Impuesto de Sucesiones, por lo tanto, no deben tributar por el IRPF. Sin embargo, si hablamos de los rendimientos asociados a los bienes recibidos en herencia, la cosa cambia.

Los rendimientos que se obtengan sí tributan

Imaginemos que hemos heredado una propiedad, como una casa, de un familiar en su herencia. No debemos incluir esa propiedad en la declaración de la Renta al haber tributado por el Impuesto de Sucesiones; pero si, por ejemplo, alquilamos esa propiedad, los rendimientos obtenidos por la misma deben tributar como rendimiento de capital inmobiliario en la declaración de la Renta.

Y es que los rendimientos patrimoniales de carácter económico obtenidos a través de bienes heredados si forman parte de los conceptos que deben ser incluidos en la declaración.

En qué casos es obligatorio hacer la declaración de la Renta 2023-2024

¿Qué es la 'plusvalía del muerto'?

En el caso de que se produzcan ganancias o pérdidas patrimoniales por la herencia de una persona fallecida, deben declararse. Sin embargo, para evitar una doble tributación, la ley del IRPF establece que los herederos no pagarán impuestos por las ganancias acumuladas por fondos de inversión, acciones o inmuebles, siendo estas ganancias la diferencia entre el valor de compra de un producto y el valor que tenía en el momento de heredarse. 

Esto se conoce como la 'plusvalía del muerto' y en la práctica permite ahorrar ente un 19% y un 26% de impuestos sobre los beneficios, según explican desde Finect.