El padre de un niño de ocho años con Trastorno del Espectro Autista (TEA) que sufrió quemaduras en la mano en la escuela Taiga de Barcelona, un caso que investiga el Juzgado de Instrucción 32 de Barcelona, ha criticado que el centro les dio "tres versiones" distintas sobre las heridas. El menor ha necesitado injertos de piel y los médicos intentarán que no pierda movilidad en la extremidad afectada.

En una entrevista de Europa Press este lunes, el progenitor, Carlos Aguilar, ha recordado que el 25 de enero el colegio llamó a su mujer y le dieron "una primera versión de que le ha pasado algo en la mano, le cae piel como si fuese un guante y dicen que han leído que puede ser un efecto secundario de una medicación que toma".

"Nos quedamos bastante sorprendidos, para nosotros no era nada creíble", ha dicho sobre ese primer aviso que recibieron para alertarles de que acudieran al Hospital Vall d'Hebron, donde actualmente está ingresado.

Aguilar ha afirmado que durante el trayecto supieron por primera vez que su hijo estaba en la Unidad de Quemados del hospital, y que se había herido al meter la mano bajo el grifo del agua caliente.

El padre ha afirmado que les sorprendió, porque el menor "no sabe lavarse las manos y es hipersensible, percibe por encima de la media el dolor y el calor", ha explicado sobre su hijo, que tiene una discapacidad del 82% y no se puede expresar verbalmente.

"Tampoco nos creíamos esa versión, que es la que se mantuvo hasta que vimos las heridas y pedimos una aclaración por escrito": les contestaron que su hijo se había manchado la mano al hacerse sus necesidades encima, y que mientras dos monitores del comedor le limpiaban se resistió y en el forcejeo se abrió el grifo del agua caliente, y los adultos no lo notaron porque llevaban guantes.

"¿Esta versión es la buena?"

Aguilar critica que no tuvieran una respuesta clara desde el principio, lo que le genera incertidumbre --"¿Esta versión es la buena o daréis otra más?", se pregunta--, y ha reclamado aclarar qué pasó y poder reclamar responsabilidades, ya que ha remarcado que el reglamento escolar fija que la caldera debe regularse para que temperatura máxima del agua sea de 60 grados.

El niño ha entrado a quirófano de nuevo este lunes para ver la evolución de los injertos de piel que le han hecho, un proceso que se repetirá el jueves.

Durante el proceso, el padre, la madre y la hermana mayor del niño reciben atención psicológica del mismo Hospital Vall d'Hebron, y Aguilar ha lamentado que su hijo ahora tiene "miedo al agua" y lamenta que por su discapacidad no se puede explicar. 

El hospital avisó al juzgado

Una vez el menor fue atendido en el hospital, fueron los propios sanitarios los que comunicaron las heridas al juzgado, un procedimiento habitual en caso de que un centro médico detecte lesiones a un menor que consideren que podrían no provenir de un accidente.

En paralelo, la familia presentó una denuncia ante los Mossos d'Esquadra asesorada por el despacho Vosseler Abogados, y con este procedimiento la familia también quiere "hacer visible estas situaciones y sobre todo que no vuelva pasar", señala Aguilar, que también es miembro de la asociación Acompanya'm. 

Escuela Taiga

El centro de educación especial del que es alumno el niño, la Escuela Taiga, ha lamentado en un comunicado las heridas que sufrió el menor "durante su limpieza personal y que, debido a una subida de la temperatura del agua, le provocó quemaduras en la mano".

Han afirmado que "en el momento del accidente, la escuela llamó inmediatamente a la ambulancia, ofreciendo toda la información de lo ocurrido" y que el niño fue trasladado rápidamente acompañado por personal de la escuela.

"Respetamos la investigación de los hechos y estamos colaborando con las autoridades policiales y judiciales para esclarecer todas las circunstancias de este accidente", añade la escuela, que también ha reclamado respeto para todos sus alumnos y la comunidad educativa y ha mostrado su apoyo al niño y a su familia.