OPINIÓN

Catetos

Miles de personas se han acercado esta mañana al Puente del Rey para disfrutar de la mascletá organizada por el Ayuntamiento de Madrid.
Miles de personas acudieron ayer a la mascletá organizada por el Ayuntamiento de Madrid.
E. P.
Miles de personas se han acercado esta mañana al Puente del Rey para disfrutar de la mascletá organizada por el Ayuntamiento de Madrid.

La conexión Madrid-Valencia funciona, por mucho que les pese a algunos, más interesados en los vínculos Valencia-Barcelona y Moncloa-Waterloo. Y funciona tanto que hasta María José Catalá utilizó un lenguaje más propio de Ayuso cuando afirmó que la izquierda había adoptado una "postura cateta" por sus críticas a la mascletá que se celebró ayer en la villa y corte.

La preocupación por los patos del río Manzanares no va más allá de algunos grupos ecologistas y vecinales bienintencionados. Si cierta izquierda se suma es porque no les gusta nada lo que tiene que ver con el folklore de nuestro país.

Sea porque todavía tienen en mente aquellos coros y danzas del franquismo, sea porque aún no se han quitado de encima ese sentimiento de superioridad moral propio de la gauche divine. Y esto quedó en evidencia cuando se publicó esta semana que en su día Carmena organizó un castillo de fuego en el mismo lugar sin oposición de nadie.

El cauce del Manzanares a su paso por Madrid era posiblemente de los más tristes que existían en Europa, fruto del desarrollismo. En 1984 Tierno Galván soltó 25 patos en uno de sus gestos de cara a la galería. Pocos se interesaron por ellos, salvo Sabina, que les dedicó uno de sus versos de su canción Así estoy yo sin ti: "Extraño, como un pato en el Manzanares".

Fue Alberto Ruiz Gallardón con su megaproyecto de Madrid Río, tan criticado en su día, el que más hizo por unas ánades que hoy no son extrañas en el cauce por el trabajo que se ha hecho desde los consistorios de Carmena y Almeida y también desde la Comunidad. Queda el reto de hacer compatible la vida de la ciudad con un nuevo espacio que Madrid quiere proyectar.

Seguramente ayer las aves se llevaron un buen susto con el ruido, y con ellas numerosos ecologistas y vecinos molestos con la fiesta. Susto también llevaban encima Almeida y Catalá, más por los tracking internos de las elecciones gallegas que por el ruido de la pólvora.

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