Javier Ortega, director de la División Cultural de la Biblioteca Nacional: "Todos somos un producto cultural decantado"

Javier Ortega Álvarez, director de la División Cultural de la Biblioteca Nacional.
Javier Ortega Álvarez, director de la División Cultural de la Biblioteca Nacional.
Jorge Paris
Javier Ortega Álvarez, director de la División Cultural de la Biblioteca Nacional.

La Biblioteca Nacional acaba de clausurar Malos libros: la censura en la España moderna, una exposición sobre la censura y sobre su impacto en el patrimonio bibliográfico, en la cultura y en la historia de nuestro país. Le ha sucedido Manuscritos Persas, una muestra con bellísimos ejemplares de esa cultura que conserva la institución.

Ambas muestras son un ejemplo de una de las labores de la BNE, la de la División Cultural, que dirige Javier Ortega Álvarez y que es la encargada de "dar a conocer y difundir las colecciones que atesora la Biblioteca Nacional, a través de una serie de actividades culturales, entre otras, exposiciones, charlas, publicaciones, organización de congresos o de seminarios...", según explica el propio Ortega. 

El director destaca con humildad que su División "no deja de ser de alguna manera el último eslabón de una cadena en la que están implicados todos los departamentos de la Biblioteca Nacional, como la Dirección Técnica, la División de Procesos, la Gerencia y otros". 

Hablamos con Javier Ortega sobre la labor de su División, sobre la Biblioteca Nacional, la censura, la política y la vocación cultural. 

¿Es complicado seleccionar qué se expone o pone en valor de entre la infinidad de fondos de la institución?Precisamente en el caso de los manuscritos persas y en concreto en la antesala del Salón de Lectura, lo que se ha decidido desde hace unos años es que esa sala albergue exposiciones en las que podamos exponer los tesoros de la Biblioteca Nacional. Ha estado el Mio Cid, han estado los códices de Da Vinci, ha estado el Beato de Liébana, los cuentos de Miguel Hernández, ahora están los manuscritos persas... En otros casos, bien programamos a través de efemérides o de centenarios o también a través de peticiones externas o que vienen de colaboraciones, pero siempre buscando acercar el valor documental o el valor bibliográfico y patrimonial de las colecciones que atesora la Biblioteca Nacional para ponerlas a disposición del público y los ciudadanos, para que conozcan realmente lo que aquí se conserva y que lo hagan suyo, porque no deja de ser un patrimonio de todos.

¿Cuántas piezas únicas tiene la Biblioteca Nacional? ¿Es cuantificable?La verdad es que el número de piezas únicas o de objetos únicos es inmenso. Pero aquí no es tanto el que haya una pieza única, o dos, o tres, aquí lo que lo que da realmente valor es el conjunto, es decir, el que tengas una colección cervantina de las más importantes del mundo, que tengas esta colección de manuscritos persas, que es también una colección maravillosa o que tengas determinados elementos que al final todos juntos suman lo que son las distintas colecciones de la Biblioteca Nacional. También hay elementos únicos, que vistos de una manera individual, no dejan de ser tesoros y no dejan de sorprender. Estamos en una biblioteca tricentenaria que lleva guardando y atesorando todo lo que se publica en lengua española, no solo aquí, sino también en otros países. Además, se van adquiriendo nuevos fondos por diferentes procedimientos o se van guardando por diferentes vías, todo eso es realmente el valor de la Biblioteca Nacional.

Un ejemplar censurado de la muestra 'Malos Libros', de la Biblioteca Nacional de España.
Un ejemplar censurado de la muestra 'Malos Libros', de la Biblioteca Nacional de España.
Jorge París | PREVISIONES 20M

¿El hecho de que España tenga una historia tan rica se refleja en los fondos de la Biblioteca Nacional?Por supuesto que esa riqueza intelectual o esa riqueza creativa no deja de ser la memoria de todo un país y es algo importante que reseñar. La Biblioteca Nacional es conserva la colección más importante del patrimonio bibliográfico y documental de la cultura hispánica. Pero no debemos olvidar también lo que son los grandes archivos nacionales como el Archivo Histórico Nacional, el Archivo de la Corona de Aragón o el Archivo de la Nobleza en Toledo, entre otros o las bibliotecas universitarias, que también tienen y han tenido un patrimonio bibliográfico y documental muy potente también durante muchos siglos, como las bibliotecas catedralicias. Pero evidentemente la Biblioteca Nacional no deja de ser para muchos, para nosotros que trabajamos aquí, y que estamos además orgullosos de hacerlo, la Casa de la Cultura con mayúsculas, la casa de la creación, la casa donde el intelecto humano no deja de sorprendernos con todas las publicaciones que ha ido haciendo a lo largo de la historia y que además nos ponen ante el espejo para hoy a día de hoy poder explicarnos a nosotros mismos. Un ejemplo de ello lo tenemos en la exposición de Malos Libros a través de la que vemos procedimientos inquisitoriales y procedimientos de censura del libro y podemos contrastar con lo que, por ejemplo, hoy se habla tanto de la censura o de la autocensura de lo políticamente correcto.

Y viendo esa exposición, ¿en qué lugar queda la llamada censura de hoy en día?Yo creo que cuando alguien contempla una exposición como Malos Libros, la recorre, ve los distintos materiales que se han expuesto, lee el discurso expositivo y compara, por ejemplo, con lo que hay a día de hoy, se ve que hay una distancia bastante grande con lo que hubo en el pasado, que era un control de las conciencias, que te decían lo que podías o no podías leer, qué fragmentos te dejaban o no leer y cuando no te podías desviar de una determinada línea argumental, doctrinal o teológica y además te castigaban en el caso de que eso no lo hicieses. Eso a día de hoy, evidentemente no ocurre y la libertad está reconocida dentro de los derechos fundamentales. Tenemos la la Constitución de 1978, que consagra una serie de derechos que a todos nos amparan. Se habla muchas veces con palabras muy grandilocuentes de lo que es la censura a día de hoy. Sí que por otro lado se habla muchas veces de lo políticamente correcto o de esas ocasiones en las que nosotros mismos podemos autocensurarnos en algún momento determinado en función de la repercusión que puedan tener nuestras palabras. Pero hay una distancia muy grande entre entre aquella época y la actual.

¿Existen los malos libros? ¿Realmente hay algún ejemplar o volumen al que se le pueda aplicar ese calificativo?Buenos malos libros se les llamaba en ese momento y porque aquellas personas que desempeñaban esa serie de funciones de censura y que ocupaban esos cargos institucionales pensaban o decidían cuáles eran malos libros en función de su ideología o en función de los intereses que defendían. Evidentemente yo puedo decir que este o aquel es un mal libro, pero será una opinión mía, personal y para otra persona ese libro puede tener algún tipo de enseñanza, le puede enriquecer desde cualquier punto de vista. Yo creo que en principio todo lo que se escribe puede ser bueno o malo. Evidentemente hay una legislación, hay una serie de derechos que hay que salvaguardar y cosas que en función de lo que se diga o se haga, pueden ser además ilícitos penales. Pero a día de hoy yo creo que leer es una de las mejores actividades que se puede hacer y yo lo recomiendo.

Repasando su carrera, siempre ha estado muy relacionado con la cultura en sus diversas facetas. ¿De dónde le viene ese esa filia para mantenerla en todos los cargos que ha tenido?Responde a una inquietud personal, el hecho de querer aprender, el hecho de querer conocer, de querer entender el mundo y de responder a preguntas que entonces me formulaba o no sabía la respuesta. Fui adentrándome en una serie de de campos en los que poco a poco vas profundizando. Piensas que de una cosa que sabes mucho, pero en cuanto profundizas algo ya ves que realmente no sabes nada y tienes que seguir profundizando.

¿La cultura se sostiene gracias a ese ansia de saber?Hay una cuestión, que además es algo totalmente humano, que es algo antropológico y es que nosotros somos cultura, somos un producto cultural, el producto decantado de lo que otros han creado a lo largo de los siglos y que nosotros reinterpretamos y recreamos y que luego heredarán las generaciones futuras. En el fondo, como decía el poeta, “nada de lo humano me es ajeno”. Lo cultural, la cultura, es creación y es algo que todos llevamos dentro. Luego, evidentemente, ya el que te dediques o no profesionalmente, pues depende de una serie de factores, de una serie de circunstancias y que te hayas ido decantando por un camino u otro. Al final todo lo que una persona va haciendo a lo largo de su de su trayectoria vital suma. Mi etapa militar suma, mi etapa profesional como facultativo del Cuerpo de Archiveros, como director de la Fundación Delibes o como un cargo político en un momento determinado, o ahora siendo director cultural de la Biblioteca Nacional.

De hecho, ha sido consejero de Cultura y Turismo de Junta de Castilla y León, ¿la política y la cultura se llevan bien?Yo creo que sí. Honestamente diría que sí, aunque muchas veces se diga que la cultura no está atendida, sí hay un interés. Todos somos conscientes de lo que representa la cultura, no solamente desde el punto de vista de la creación, sino también desde el punto de vista de lo económico, de esa repercusión económica o de industria. Cuando se habla de las industrias culturales y creativas no hay que olvidar que, por ejemplo, si nos vamos a una exposición, hay empresas que están también vinculadas a la hora de producir y de organizar esas muestras. Es decir, hay todo un sector económico que está ahí, que nos que nos circunda, que nos envuelve y que hace posible que proyectos expositivos o determinadas actividades se puedan llevar a cabo. Desde la política no se obvia la cultura.

¿La cultura tiene o debería tener signo político?Cualquier persona tiene una ideología determinada, cualquier partido político puede tener una ideología o defender una serie de ideas, pero, como digo, al final somos cultura y la cultura es creación y los gestores o lo que o los que en un momento determinado están al frente de determinadas políticas públicas, lo que tienen que hacer es gestionar. Los creadores son otros y deben tener esa libertad de creación para que puedan crear en función de las circunstancias del momento. Lo que en un momento determinado se puede pensar que no es tan bueno o tan positivo, vemos que con el devenir del tiempo, con la reinterpretación, con nuevos creadores y nuevas creaciones, se puede valorar de una manera u otra. Vemos las diferentes creaciones culturales que hay a lo largo y a lo ancho del país y es porque tenemos una industria cultural muy potente, tenemos grandes creadores en muchos ámbitos de la cultura española y yo creo que es algo de lo que tenemos que enorgullecernos y que tenemos que defender.

¿En qué posición en el entorno internacional está la Biblioteca Nacional?La Biblioteca Nacional de España es una de las principales instituciones culturales del país, sin duda y a nivel internacional, cualquier persona o cualquier institución de otro país que visita la Biblioteca Nacional, que quiere entablar distintos acuerdos o convenios a la hora de llevar a cabo actividades que beneficien, en este caso a ambas instituciones o a ambos países, es perfectamente consciente de la importancia que tiene la Biblioteca Nacional y de la importancia que tienen sus colecciones. Algo que no es menor es el personal que trabaja en la Biblioteca Nacional, los bibliotecarios, los diferentes miembros que pertenecen a los cuerpos de bibliotecas, tanto facultativos como ayudantes de archivos o de museos y que son cuerpos muy vocacionales que además realizan un trabajo a veces muy callado, pero que hacen que podamos disfrutar de este patrimonio documental y bibliográfico tan importante.

Fue usted militar. En ocasiones se tiende a denostar al Ejército como una institución más pragmática que otra cosa, pero son custodios de una muy buena parte de la cultura de este país, ¿no?El Ejército es una de las grandes instituciones culturales, no solo de España, sino del resto de países del mundo. En nuestro caso, en nuestro país, con la historia que tenemos, vemos el papel que ha tenido el Ejército y también el inmenso patrimonio que aporta. Me voy a ceñir al ámbito documental y bibliográfico que posee: tenemos el Sistema de Archivos del Ministerio de Defensa y tenemos las bibliotecas del Ministerio de Defensa, que tienen un patrimonio realmente envidiable y en muchos casos inigualable. Las personas que conforman el ejército son personas muy vocacionales, con una vocación de servicio público que en muchos casos o en otros colectivos no la tienen tanto. Tenemos que agradecerle toda la labor que hacen, no solamente en nuestro país, sino desde hace unos años también en las misiones que realizan en el en el extranjero.

Pertenece usted al cuerpo de Archiveros, no muy desconocido. ¿Lo saca colación a menudo, se ve obligado a explicar qué es?El Cuerpo Facultativo de Archiveros es uno de los cuerpos más antiguos de la de la administración y es otro cuerpo muy vocacional. Sus miembros realizan un trabajo que en muchos casos es la base para que otros puedan realizar el suyo. Si no está, por ejemplo, en la administración pública o en una empresa, o si no tienes controlados tus documentos, en muchas ocasiones ni siquiera vas a poder defender tus derechos porque no sabes ni lo que tienes. Los grandes monasterios, las instituciones eclesiásticas, tenían sus archivos perfectamente organizados y guardados, todos sus privilegios, porque a la hora de defenderse ante cualquier demanda o ante cualquier solicitud, ellos aducían que tenían ese o aquel documento que les daba derecho, por ejemplo, a tal cosa. Lo mismo pasa en otras instituciones y lo mismo pasa en la administración cuando necesitamos un papel para cualquier cosa, e incluso en nuestra propia casa, si no tenemos algunos documentos a mano y bien guardados, realmente estaremos perdidos. Los archivos son fundamentales en cualquier tipo de administración y son la base para que una administración sea eficaz y eficiente.

¿Tiene alguna pieza preferida de la Biblioteca Nacional, algo que le guste de vez en cuando revisitar?La verdad es que el estar en contacto con tantos materiales o con tantos manuscritos, solamente en las exposiciones que tenemos, ya es un lujo y es un privilegio el poder contemplar, como hemos podemos contemplar en Malos libros esa colección única de los índices probatorios y purgatorios que prácticamente es la primera vez que se exponen y solo por eso ya merece la pena trabajar en la Biblioteca Nacional. Si además has podido ver el Beato de Liébana, los Códices en Madrid, de Leonardo da Vinci, el libro de Francisco de Holanda... en fin, son tantos y tantos los ejemplares, los manuscritos, los incunables, las fotografías, los archivos privados, la colección de audiovisuales...

Porque no solo custodian libros…Tendemos a pensar que en la Biblioteca Nacional solo hay soporte papel, pero la Biblioteca Nacional es custodia de la cultura hispánica en cualquier tipo de soporte y en cualquier tipo de formato. No debemos dejar de ver la prensa, no debemos dejar de ver, por ejemplo, esa colección maravillosa de Efímera, las fotografías, los audiovisuales… realmente es es una colección inabarcable, maravillosa y que todo el mundo debería conocer y sobre todo debería defender, porque al final es nuestro patrimonio.

Una de las labores del Departamento Cultural es prestar y recibir volúmenes a otras instituciones. Cuando se manda un ejemplar valioso, ¿es como se ve en las películas?Ese tipo de préstamos realmente está muy regulado. Aquí producimos muchas exposiciones, pero también prestamos a otras instituciones para que produzcan a su vez sus muestras. Hay un formulario que hay que cumplimentar, en el que se solicita la determinada obra. Hay que atender a los informes de conservación y restauración y tiene que pasar además su aprobación por la Comisión Permanente de la Biblioteca Nacional y una vez que que este préstamo está aprobado, evidentemente tiene unas condiciones de traslado a través de una empresa especializada y se hace en función de la de la riqueza, de la sensibilidad y del estado de la pieza. Evidentemente tiene que ir en unos determinados contenedores que tienen que cumplir las reglas de conservación, tiene que ir acompañado de documentación para una vez que llega al sitio de destino se compruebe que realmente la obra está en el mismo estado en el que salió. No es ninguna leyenda urbana, hay una serie de procedimientos que se tienen que cumplir, pero es algo completamente normalizado en todo el mundo.

¿Cuál es el equilibrio entre la tradición y la modernización de una institución como la Biblioteca Nacional?Aquí se conservan materiales en distintos soportes y formatos, no solamente en papel. De hecho, con la nueva aprobación de la reforma de la Ley de Depósito Legal, también ya tienen los editores que entregar la maqueta previa, con lo cual eso ya es en digital. Cada vez el volumen de lo digital va aumentando, lo que requiere también unas necesarias condiciones de conservación y de preservación, en este caso en ese soporte digital. Muchos de los documentos que nacen ya no lo hacen en soporte físico en papel, sino directamente en digital. O sea que habría que ver también valorar cuál es ahora mismo el Estado a la hora de producir lo digital y el papel. Respecto al espacio, en la sede central se conserva una parte de la colección, pero hay otro edificio de la Biblioteca Nacional en Alcalá de Henares en el que hay seis torres, una de ellas robotizada y está en proyecto construir otra. Ingresan al año del orden de 500.000 ejemplares, con lo cual las necesidades de conservación van aumentando.

Se decía que el libro en papel tenía los días contados…A pesar de todas aquellas teorías o aquellas sentencias que decían en su momento de que el libro físico, tal y como lo conocíamos, iba a desaparecer, hemos visto que que al final y a la postre no ha sido así, sino que el libro tal y como lo conocemos, se ha mantenido o se sigue manteniendo, e intuyo que se mantendrá.

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