El nuevo problema vecinal de Tamara Falcó e Iñigo Onieva: "Las quejas vienen de una minoría"

Tamara Falcó, amarga luna de miel junto a Íñigo Onieva: "Está muy triste"
Tamara Falcó e Íñigo Onieva.
ARCHIVO
Tamara Falcó, amarga luna de miel junto a Íñigo Onieva: "Está muy triste"

Ya no son solo los rumores de crisis. Ahora, según contó este domingo Sergio Pérez en Fiesta, Tamara Falcó e Íñigo Onieva también están teniendo que hacer frente a cierto malestar de sus vecinos.

Tal y como narró el periodista, sus vecinos -al menos parte de ellos-, sobrepasados por la tremenda presencia mediática desde que ellos viven allí, se encuentran al límite.

Tanto que se han puesto en pie de guerra contra la pareja de celebrities e incluso se han visto obligados a llamar a la policía en plena noche para denunciar que su intimidad se estaba viendo alterada.

Un problema que llega después de que algún vecino se quejara también por las cacas de sus perros. Por eso, Juntos, de Telemadrid, desplazó a una reportera hasta la casa de la pareja. Allí, los vecinos confesaron a Mónica Ramos que están contentos con la pareja y aseguran que son muy pocos los que se quejan. "Vienen de parte de una minoría", aseguró, concretamente. "Dicen que son unos vecinos maravillosos y que da gusto con ellos", remató la reportera.

Una información que va en la línea a lo que el domingo dijo Aurelio Manzano, amigo de Tamara y de su madre, Isabel Preysler, que aseguró que la información de Sergio no es cierta.

Acusado de ser parte interesada por la amistad que le une a la marquesa de Griñón, el periodista defendió su imparcialidad. "A mí no me gusta Íñigo para Tamara, pero eso de la crisis y de que todo el bloque está en contra de ellos es mentira", indicó.

Rumores de crisis

Por su parte, Tamara e Íñigo estarían a travesando una nueva crisis en su matrimonio. Según defendieron algunos colaboradores, están distanciados: "Nos hablan de que muchas noches Tamara duerme en casa de su madre dejando solo en el ático a Íñigo".

Este fin de semana, la pareja estuvo de cumpleaños en Barcelona. El viernes visitaron el museo Miró y el domingo reservaron para comer en uno de los mejores restaurantes de la ciudad condal. Fue entonces cuando, empujados por el bla bla bla inagotable, decidieron compartir una foto en las redes sociales. Juntos. Sonrientes. Silenciando el chauchau tan ruidoso como pretencioso.

"No sé, creo que me tendré que acostumbrar a que esto sea cíclico", me dice una Tamara harta del bullicio que genera cualquier acción. O inacción.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento