Israel prepara su gran ofensiva en Rafah y la comunidad internacional teme una catástrofe humanitaria: hay 1,5 millones de refugiados

Reparto de comida en Rafah.
Reparto de comida en Rafah.
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Reparto de comida en Rafah.

El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha confirmado este domingo la inminente entrada de sus tropas en la ciudad de Rafah, el último refugio para cientos de miles de palestinos desplazados desde el norte de Gaza. "Vamos a hacerlo. Vamos a acabar con los batallones terroristas que quedan en Rafah porque es su último bastión", ha declarado en una entrevista a la cadena estadounidense ABC.

Situada en el extremo sur de la Franja, en la frontera con Egipto, Rafah se ha convertido en un gigantesco campo de refugiados en el que cerca de 1,5 millones de personas subsisten en paupérrimas condiciones gracias a la escasa ayuda humanitaria que reciben. 

Antes de la invasión israelí de Gaza, Rafah tenía una población estimada de unos 280.000 habitantes, pero la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA) subraya que esa población se ha multiplicado por cinco debido a la llegada masiva de desplazados procedentes del norte de la Franja.

Con la frontera con Egipto cerrada y rodeados por los blindados israelís, Rafah es el último refugio para cientos de miles de palestinos y es, a la vez, una ratonera de la que no tienen escapatoria. Lanzar una ofensiva a gran escala contra esta ciudad provocaría una catástrofe humanitaria de dimensiones difíciles de imaginar, según advierten las ONG que trabajan en la zona.

Pero Israel lleva días preparando ese ataque contra lo que considera el último "bastión de Hamás" y Netanyahu acaba de advertir que la ofensiva puede ser inminente. Sus palabras aumentan la presión sobre Egipto y la comunidad internacional para encontrar una solución para ese 1,5 millones de personas que tendrían que abandonar la zona. "Vamos a hacerlo mientras concedemos paso seguro a la población civil para que se marche", ha indicado el primer ministro en la ABC.

Presión sobre Egipto y la comunidad internacional

De hecho, Netanyahu ya ha dado la orden a sus tropas para que preparen la evacuación de Rafah. El problema es que a día de hoy nadie sabe adónde puede ir esa ingente cantidad de refugiados ni quién se hará cargo de ellos, pues Egipto no está dispuesto a acogerlos.

Pero Israel no contempla detener sus planes porque considera imprescindible atacar Rafah para destruir toda la infraestructura militar de Hamás. "Es imposible alcanzar el objetivo de guerra de eliminar a Hamás y, al mismo tiempo, dejar cuatro batallones de Hamás en Rafah", dijo este viernes el primer ministro, antes de insistir este domingo en que la ofensiva es inminente.

Mientras prepara ese último ataque contra Hamás, el gobierno hebreo negocia con Egipto un acuerdo para permitir la evacuación de los refugiados hacia el Sinaí. La ministra de Transporte, Miri Regev, ha señalado en Al Jazeera que hay "un diálogo en curso con Egipto sobre la operación en Rafah" y considera factible "llegar a un acuerdo". 

Egipto, sin embargo, está en alerta en la frontera con Rafah, donde ha reforzado la presencia militar y ha levantado una valla de hierro y alambre en las inmediaciones del cruce fronterizo por temor a un desplazamiento masivo de gazatíes hacia su territorio. Del mismo modo, ha advertido de que "Egipto no tolerará, bajo ninguna circunstancia, ataques o lanzamiento de misiles contra el cruce o la valla fronteriza".

Borrell: "Una catástrofe humanitaria indescriptible"

La comunidad internacional también está alarmada ante los planes israelís de lanzar un ataque masivo contra Rafah. El Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, ha advertido de que "conduciría a una catástrofe humanitaria indescriptible y a graves tensiones con Egipto". También Alemania, a través de su ministra de Exteriores, Annalena Baerbock, ha denunciado que esa ofensiva sería una "catástrofe humanitaria anunciada" y ha indicado que viajará esta semana a Israel para negociar un alto el fuego.

Incluso EEUU, el más fiel aliado de Israel, ha rechazado ese inminente ataque y ha señalado que no lo apoyará "si no se tiene plenamente en cuenta la protección de los civiles". "Más de un millón de palestinos están refugiados en Rafah y sus alrededores porque allí es donde se les ha dicho que tienen que ir. El ejército israelí tiene la obligación especial, cuando lleva a cabo operaciones, de asegurarse de tener en cuenta la protección de civiles inocentes, en particular los que fueron arrojados al sur por las operaciones más al norte", ha declarado el portavoz de Seguridad de la Casa Blanca, John Kirby.

La Autoridad Palestina ha pedido a Estados Unidos que intervenga inmediatamente para impedir la posible entrada del ejército israelí en Rafah y Arabia Saudí ha avisado de que cualquier incursión por tierra comportaría una serie de repercusiones "extremadamente peligrosas" para la población civil. El gobierno saudí ha solicitado, además, una pronta reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para reaccionar al anuncio de Netanyahu sobre los preparativos para entrar en Rafah.

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