La Super Bowl lleva tiempo en lo más alto de los espectáculos televisivos más vistos del mundo. Las grandes marcas comerciales y principales plataformas pagan una fortuna para mostrar sus productos durante el evento, que siguen más de 100 millones de personas.
Aspectos deportivos aparte, uno de los momentos más esperados del partido llega en el medio tiempo, cuando la opulencia estadounidense se manifiesta en todo su esplendor con 13 minutos impresionantes en el que los artistas más importantes del mundo saltan al césped para regalar a los seguidores y televidentes una espectacular actuación.
Por la Super Bowl han pasado celebridades como Rihanna, Justin Timberlake, Bruno Mars, Eminem, Snoop Dog, Michael Jackson, Prince o Beyoncé, y este año será el turno de Usher, concretamente durante la madrugada del próximo lunes. Cantantes, todos, con un enorme caché y cuya contratación no es precisamente barata.
La variedad de artistas invita a hacerse una pregunta: ¿cobran todos la misma cantidad de dinero? La respuesta es sí. De Gloria Stefan a Madonna, pasando por Aerosmith, Britney Spears y Bruno Mars, todos han cobrado lo mismo: 0 dólares.
A pesar de que la Super Bowl es un evento que mueve millones de dólares, la NFL no paga nada a los artistas elegidos para cantar en el medio tiempo. La razón es que considera que el espectáculo que le permiten protagonizar es suficiente recompensa en sí mismo: un concierto que siguen más de 100 millones de personas ayuda al artista, por muy consagrado que esté, a que prácticamente solo se hable de él durante varias semanas.
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