Hay una Valencia que ya no existe, pero no solo porque hayan cambiado las calles, las plazas y los edificios, sino porque su paisaje humano, el que forman las personas, la vida cotidiana y sus fiestas y tradiciones, también ha sufrido una importante mutación.
Eso es precisamente lo que quería mostrar el fotógrafo José Miguel de Miguel (Cartagena, 1916-Valencia, 1988) y lo que recoge la exposición que se acaba de inaugurar y que permanecerá abierta hasta el 12 de mayo en el Museo de la Ciudad, ubicado en la plaza del Arzobispado.
La muestra se centra en Valencia y sus alrededores desde finales de los años cincuenta hasta la última fase de los ochenta. Se trata de una reflexión de cómo han cambiado la ciudad y sus gentes con especial protagonismo de los ancianos y los niños con un punto de dulzura, humor y realidad.
La Valencia que fue. Fotografías de José Miguel de Miguel (1957-1987) fue seleccionada en 2022 dentro de la Convocatòria Oberta de proyectos expositivos por un jurado interdisciplinar, compuesto por especialistas nombrados a propuesta de la Asociación Valenciana de Críticos de Arte (AVVAC), de la Academia de San Carlos, de la Facultad de Bellas Artes de Valencia y del Área de Cultura del Consistorio.
Por voluntad del comisario, Juan Pedro Font de Mora, de la Fundación Railowsky, todas las fotografías son analógicas. La mayoría son copias de época, positivadas por el autor en fechas inmediatas a la toma fotográfica, lo que les aporta el valor de la autenticidad.
La propuesta muestra al visitante distintas zonas de la ciudad, como los Poblados Marítimos, el puerto o Ciutat Vella, y fiestas tradicionales como el Corpus, las Fallas o las celebraciones de la Virgen de los Desamparados. Además, la parte final incluye escenas de la vida rural más allá de la urbe.
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