Qué gana y qué pierde Aragonès aguantando la legislatura catalana hasta el final

Aragonès, en el centro, junto a Puigdemont, a la izquierda, y Junqueras, a la derecha.
Aragonès, en el centro, junto a Puigdemont, a la izquierda, y Junqueras, a la derecha.
Henar de Pedro
Aragonès, en el centro, junto a Puigdemont, a la izquierda, y Junqueras, a la derecha.

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha reiterado esta semana que su intención es agotar la legislatura. "Las elecciones serán cuando toca", dijo en una entrevista en Catalunya Ràdio, y apuntó como fecha a febrero de 2025. Y no solo eso, el martes anunció una remodelación del Govern para fortalecerlo en esta recta final del mandato. Laura Vilagrà ha ascendido a vicepresidenta y Sergi Sabrià, a viceconseller, un cargo de nueva creación.

Estos cambios, afirmó, responden a la voluntad “de reforzar los ámbitos de gobierno que tendrán que ejercer un papel fundamental” en determinados ámbitos, como las negociaciones con el Ejecutivo, el traspaso de Rodalies o la potenciación del catalán.

Con la decisión de no adelantar las elecciones al Parlament, Aragonès coge ventaja en algunos aspectos, pero arriesga en otros. A su favor está que da margen para que se aprueben los Presupuestos de la Generalitat para 2024. Si salen adelante, serán los terceros que obtienen luz verde durante su mandato. "Hemos aprobado presupuestos cada año y tendremos uno este año", aseguró.

Sin embargo, con las elecciones a la vuelta de la esquina, Aragonès tendrá que lograr equilibrar los beneficios de poder aprobar estas cuentas con el malestar que entre su electorado provocarían ciertas cesiones que impone el PSC para dar su apoyo, como la B-40, la ampliación del aeropuerto o el Hard Rock, líneas rojas para el Govern.

No obstante, Aragonès puede encontrarse con una cincunstancia positiva. El 'regreso a la política' de Junts, que ahora tiene más voz en el Congreso y ha aceptado negociar con el Gobierno, junto con el consecuente resurgimiento de la figura de Carles Puigdemont, han logrado que la sintonía entre ERC y los posconvergentes haya mejorado. La ayuda en la aprobación de los Presupuestos podría ser una confirmación de la unidad de acción que ambas formaciones se reclaman.

El presidente de la Generalitat, con la determinación de no agotar la legislatura, también gana tiempo para que se apruebe la ley de amnistía. Esta se votará el martes en el Congreso de los Diputados, con lo que culminará su tramitación exprés en la Cámara Baja, tras incluir los cambios pactados por el PSOE y Junts referidos a los delitos de terrorismo o a la aplicación "inmediata" de la norma. Luego el texto pasará al Senado.

Si la ley sale adelante, existe la posibilidad de que al presidente de ERC, Oriol Junqueras, un hombre fuerte del partido de Aragonès, pueda optar a ser candidato a las elecciones de 2025, siempre y cuando se le elimine a tiempo su inhabilitación de 13 años por el referéndum independentista ilegal del 1 de octubre de 2017.

Sin embargo, no está claro que esto sea lo que busca Esquerra, cuya dirección presentó el sábado 20 de enero al actual presidente del Govern como líder de la candidatura para las próximas elecciones al Parlament de Catalunya. Junqueras lo avaló. "Es el mejor", dijo. Por su parte, Aragonès aseguró que es un "honor que la ejecutiva nacional comunique que cuando se abra el proceso establecido", lo propondrán "para ser el nuevo candidato a la presidencia".

Otra de las ventajas que le da al jefe del ejecutivo catalán no avanzar las elecciones es que podrá presumir de ser el único presidente de la Generalitat que cumple los cuatro años de mandato en 14 años. El último que lo logró fue José Montilla, entre 2006 y 2010.

Pero no todo son beneficios. Entre los riesgos que asume Aragonès al agotar la legislatura está que, también por la ley de amnistía, el expresidente del Govern Carles Puigdemont, de Junts y huido a Bélgica tras el referéndum ilegal del 1-O, pueda regresar victorioso a España. Eso podría fortalecer a los posconvergentes para las elecciones catalanas. Además, Junts quiere que Puigdemont sea de nuevo su candidato, aunque él tendrá la última palabra.

Y hay más contras para Aragonès. Todo apunta a que la situación de sequía severa que sufre Cataluña llevará a declarar en los próximos días la fase de emergencia, que contempla medidas que podrían ser impopulares y erosionar a ERC. Algunos ejemplos son las restricciones de agua en hoteles o gimnasios, que afectarán a duchas y piscinas. Las medidas se aplicarán en los 202 municipios que dependen del sistema Ter-Lobregat, entre ellos Barcelona, donde solo se podrá consumir 200 litros por habitante al día.

Puede suceder también que la sequía remita, y que Aragonès pueda jactarse, de cara a las elecciones de 2025, de que las medidas del Govern para ponerle freno han funcionado.

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