La primera promoción del Plan Vive de la Comunidad de Madrid es, a simple vista, una más en un nuevo barrio en expansión. Pero la urbanización que acaba de finalizarse en el Ensanche Sur de Alcorcón esconde una serie de particularidades derivadas de su construcción con el denominado método industrializado. El edificio de 140 pisos se localiza en la calle Ocho de Marzo junto a la avenidas dedicadas al premio Nobel José Saramago y al monte Kilimanjaro, pero sus 'cimientos' se hunden a casi 200 kilómetros de distancia.
Porque las diferentes estructuras de esta promoción de viviendas destinadas al alquiler a precio limitado se construyeron en una fábrica de las afueras de Aranda de Duero (Burgos). Las piezas viajaron por carretera en camiones y se ensamblaron en el solar de la localidad madrileña como si de un juego de bloques de construcción se tratase. Uno a uno, los elementos se fueron disponiendo tal y como marcaban los planos, sin decenas de máquinas de gran tonelaje trabajando a la vez y sin apenas producción de escombros. Un concepto totalmente diferente al modo tradicional y que parece que se van a popularizar aún más en los próximos años en nuestro país.
"Este tipo de sistemas han venido para quedarse", explica Andrés Rituerto, project manager de Culmia, una de las tres firmas responsables de los primeros pisos del Plan Vive. "El sector de la construcción no tiene capacidad para poder acometer un volumen de viviendas como el que necesita España con un sistema tradicional", agrega, para incidir en que hay un "problema grave" de mano de obra, sobre todo cualificada, porque la transmisión de los oficios se "ha roto".
"Todos los edificios que hemos proyectado para el Plan Vive tienen un modelo digital tridimensional", detalla Rituerto, que subraya hasta en dos ocasiones que la apuesta por la digitalización y la innovación que ha hecho la empresa ha sido "muy importante". "Tenemos réplicas digitales de todos nuestros edificios", añade, "esto nos permite implementar sistemas de industrialización: despiezamos esos modelos y los llevamos a distintas fábricas, ya sea para hacer paneles de fachada, muros intermedios, terrazas, chimeneas...".
Cuando todos elementos ya estaban fabricados en Aranda se enviaron a Alcorcón y se empezaron a disponer en sus lugares definitivos. ¿Una de las grandes ventaja del sistema? Que la obra ganó en agilidad. "Hemos conseguido acortar muchísimo los plazos: promociones como esta de 140 viviendas se ha concluido en 16 meses, cuando lo normal con una construcción tradicional hubieran sido 20 o 21", detalla el arquitecto.
Ahorro en las facturas
En ocasiones, rapidez en un proceso son sinónimo de pérdida de calidad, pero Andrés Rituerto asegura que en este caso no se da para nada esa circunstancia. Muy al contrario, destaca que los materiales utilizados son tan buenos que estas promociones residenciales han sido las primeras a nivel nacional que consiguen el sello Breeam -el estándar internacional de construcción sostenible- con la clasificación de excelente.
"Son viviendas que tienen unos comportamientos térmicos muy buenos", manifiesta el responsable de Culmia, que recalca que han invertido "muchísimo esfuerzo en las carpinterías y en los aislamientos". "Hemos hecho simulaciones y pensamos que va a haber ahorros de consumo de energía de en torno al 25 o 30% por vivienda", incide.
José Ignacio Esteban, que es el director general de Ávit-A -la compañía de construcción industrializada de Grupo Avintia que también está detrás de estas promociones junto a Culmina y Sogeviso-, ofrece algunos detalles más sobre cómo se van a propiciar estos ahorros en las facturas mensuales de luz, gas y agua de los futuros inquilinos. La climatización va por conductos, los grifos ya están montados de inicio para consumir un 45% de lo habitual, mientras que las ventanas tienen un perfil 76, algo que aisla del frío, del calor y del ruido exterior.
"Gracias a esto las viviendas ya tienen una temperatura muy buena sin necesidad de climatización", asevera Esteban, que subraya que la consecuencia directa del montaje de estos materiales es que los inquilinos "tendrán más renta disponible" para emplear en otros gastos que no sean los suministros del hogar.
Las singularidades de esta promoción también se notan en las paredes, para las que se ha utilizado una pintura que no desprende partículas contaminantes con el paso del tiempo, y en las zonas comunes. Gracias a la construcción industrializada todas las plazas de garaje del edificio -140, una por piso- están en una sola planta de aparcamiento que para alegría de muchos no se presenta sembrado de columnas.
Las dos primeras promociones de Alcorcón no son las únicas del Plan Vive que se van a construir con esta filosofía porque los adjudicatarios de este lote también se han hecho con otros en San Sebastián de los Reyes, Tres Cantos, Alcalá de Henares y Getafe. Serán urbanizaciones con soluciones constructivas que se vienen utilizando desde hace años en otros países del entorno europeo.
"Los sistemas de industrialización en Francia, Alemania y, sobre todo en los países nórdicos, son muy habituales", explica Andrés Rituerto, "quizá nuestro mérito ha sido hacerlo de manera tan inmersiva, con un volumen de viviendas tan alto", agrega. En toda la región, al menos 2.900 pisos del Plan Vive se construirán con este sistema en los próximos años.
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