Uno de los símbolos culturales y musicales de Francia, Françoise Hardy, cumple hoy 80 años. Lo que sería una fiesta casi de estado se ha convertido más bien en un funeral adelantado.
La cantante, que se hizo popular en su país y fuera, en los años 60, lleva diez años enferma de cáncer. Hardy padece un cáncer linfático que le afecta a la laringe y al aparato digestivo. Después de más de cincuenta tratamientos de radioterapia, se siente, "prisionera y condenada en un cuerpo que se ha convertido en su peor enemigo", según reveló su hijo Thomas. Le cuesta respirar.
Ha perdido movilidad, memoria y la vista. Le cuesta respirar y su principal temor es morirse ahogada.
En la última entrevista conocida, publicada el 14 de diciembre pasado por Paris Match y reproducida de nuevo en un número especial dedicado a ella, de 92 páginas, que apareció el 11 de enero, Hardy, reiteró su angustia. A la pregunta de si tiene proyectos, su respuesta no pudo ser más categórica: "Partir hacia la otra dimensión lo antes posible y también lo más rápido y menos dolorosamente posible".
Hardy, la reencarnación de la chica ye-ye por su arte y su delgada estética, publicó el pasado diciembre en La tribune dimanche una carta dirigida al presidente de Francia, Emmanuel Macron. En la misma le instaba a usar toda su influencia para que el Parlamento apruebe lo antes posible una ley sobre la eutanasia, un proyecto que debe empezar a tramitarse este febrero y del que se habla, eufemísticamente, como el modelo francés de acompañamiento sobre el fin de vida.
Hardy explicó en el relato su estancia en una clínica oncológica con otros pacientes que habían sufrido recaídas y deseaban morir con dignidad. "Todos lamentaban que la eutanasia no estuviera legalizada, pues eran conscientes de sufrir inútilmente", afirmó en su carta. "Usted lo sabe, una mayoría de gente quiere la legalización de la eutanasia –concluía la carta–. Todos confiamos en su empatía y esperamos que permitirá a los franceses muy enfermos y sin esperanza que puedan frenar su sufrimiento cuando sepan que ya no hay ningún alivio posible".
Posteriormente, la esposa de Macron, Brigitte, mantuvo un encuentro con la cantante para interesarse sobre su estado de salud.
El caso de su propia madre, que falleció de una enfermedad incurable, y su propio sufrimiento han llevado a Hardy a erigirse, casi, como el principal motor a favor de esa ley.
Francoise Hardy se hizo famosa con un tema Todos los chicos y las chicas, que sonaba ininterrumpidamente en las radios de Francia y de media Europa. En marzo de 1963 participó en el festival de Eurovisión, representando a Mónaco, con L’amour s’en va, donde quedó quinta.
Comentarios