OPINIÓN

Todos quieren ser Nogueras

La portavoz de Junts en el Congreso de los Diputados, Miriam Nogueras.
La portavoz de Junts en el Congreso de los Diputados, Miriam Nogueras.
ACN
La portavoz de Junts en el Congreso de los Diputados, Miriam Nogueras.

La estrella a la que seguir en el hemiciclo de esta legislatura no porta impresoras ni se apellida Rufián. La intensidad de su brillo se debe, por el contrario a una línea de teléfono rojo con Waterloo. Tiene una larga y lisa melena, habla siempre en catalán y se llama Miriam Nogueras. Es la portavoz de Junts en el Congreso de los Diputados y, desde la semana pasada, la envidia de todos los socios del Ejecutivo.

Los ecos de la agónica votación de los decretos gubernamentales del pasado miércoles aún retumban en los despachos de quienes apoyaron la investidura de Pedro Sánchez y no suenan nada bien para Moncloa. Quienes acudieron a la llamada a la “responsabilidad” del ministro Bolaños para refrendar una miscelánea de importantes decisiones sin apenas margen de negociación asistieron con estupor al espectáculo del pacto con los de Junts. Para elevar la temperatura del enfado, una radiante Nogueras escenificó convenientemente su particular triunfo votando al límite del tiempo reglamentario y elevando la categoría de lo acordado.

En Moncloa han hecho rápida evaluación de daños y el propio presidente se ha lanzado, en varias entrevistas, a templar las aguas afirmando expresamente que las políticas de expulsión de inmigrantes son exclusivas de la Administración central y no podrán ser cedidas a Cataluña, tal como los posconvergentes habían dado a entender. El fuego, sin embargo, ya ha prendido y hará falta algo más que unas declaraciones presidenciales para extinguirlo.

Para conjurar la tentación de más puñetazos en la mesa el Gobierno ha concedido algunas bazas a los socios más agraviados por los acuerdos con Junts. Al Govern de ERC, por ejemplo, le permitía anunciar que será la primera autonomía en regular los precios del alquiler el próximo febrero al comprometerse la ministra de Vivienda a entregar en plazo los precios de referencia exigidos, así como algunas medidas de protección y promoción del catalán. Y a los de Ortuzar, que ya han exigido las mismas competencias en materia de inmigración que se les dé a los de Puigdemont, les intenta tranquilizar asegurando que lo de los decretos dejará de ser la vía habitual y que ha 'aprendido la lección' sobre lo de negociar antes de llegar al día de las votaciones.

Con los morados de Belarra la situación es mucho más compleja para los estrategas de Sánchez ya que éstos atribuyen a Yolanda Díaz la responsabilidad de haberlos 'arrinconado', provocando su rabia, y cualquier movimiento del Gobierno hacia Podemos alberga peligro de choque con la posición de la ministra de Trabajo.

La cada vez más cercana cita electoral gallega, donde Díaz ha apostado fuerte poniendo como candidata a Marta Lois, su portavoz en Madrid y persona de absoluta confianza, matizará, no obstante, según como resulte para la líder de Sumar, hasta qué punto puede permitirse dirigir en solitario la relación con Podemos o Moncloa toma las riendas.

Este miércoles el PSOE tiene una nueva oportunidad para utilizar el extintor en la reunión prevista entre el secretario de Organización socialista, Santos Cerdán, y el secretario general de Junts, Jordi Turull, para concretar lo pactado in extremis hace una semana. En el encuentro Sánchez se juega no sólo la relación con los posconvergentes y su necesaria posición en futuras votaciones, sino, también, la del resto de diputados que le permitieron seguir en La Moncloa tras las apretadas elecciones de julio. Los fuegos que se apagan en una loma pueden reaparecer, a la menor chispa, en la de enfrente. Tarea de alta complejidad, pero posible, según los más fieles sanchistas. Si les asiste la razón se verá en la próxima cita en la que no podrán permitirse el fallo: la de los Presupuestos Generales del Estado.

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