Tamara Falcó revela, medio año después, el curioso regalo de boda de su suegra, Carolina Molas

Carolina Molas, suegra de Tamara Falcó.
Carolina Molas, suegra de Tamara Falcó.
Europa Press
Carolina Molas, suegra de Tamara Falcó.

Hace unos días, Tamara Falcó dio una entrevista exclusiva a la revista ¡Hola! en la que enseñaba su nueva, casa, un ático dúplex "hecho a medida" y con piscina.

La marquesa de Griñón ha necesitado un año para reformar su hogar, pero ha quedado encantada. "Siempre que trabajas con artesanos y haces cosas a medidas, se multiplica el tiempo muchísimo. Está hecha con muchísimo detalle. Por ejemplo, en la cantera van sacando láminas de piedras y, hasta que no dieron con el color perfecto, no me la mandaron. Y todo así", dice de su nuevo hogar.

"Cuando Íñigo vio la propuesta, todo estaba ya decidido. Pero le encanta cómo ha quedado. Al ser diseñador, sabe apreciar el diseño", dice de su marido, Íñigo Onieva.

En dicha entrevista, también reveló el obsequio que les hizo la madre de su marido, Carolina Molas. "También tengo la escultura que nos regaló la madre de Íñigo por la boda. Se la encargó al tío de Íñigo y es una escultura muy bonita que se llama 'Matrimonio en equilibrio'. Después, hay otras piezas que he ido coleccionando poquito a poco", decía Falcó en la entrevista.

Tenso vuelo

Tamara Falcó e Íñigo Onieva han disfrutado de sus primeras Navidades como marido y mujer viajando juntos a Miami, donde Isabel Preysler pudo reunir a todos sus hijos para celebrar en familia la Nochebuena y la Navidad. 

Todo parecía indicar que la pareja recibiría también allí el Año Nuevo. Sin embargo, ambos regresaron a Madrid de forma inesperada. El programa Socialité ha entrevistado este sábado a un pasajero que compartió vuelo con ellos en el viaje de ida a Miami y ha desvelado los momentos de tensión que tuvieron Tamara e Íñigo.

Según han explicado desde el programa de Telecinco, muchos han especulado que la pareja volvió antes de lo previsto de Miami por algo que pasó allí. Sin embargo, el motivo podría venir de más atrás, teniendo en cuenta la actitud que ambos mantuvieron ya en el vuelo hacia Miami, aseguran.

El testimonio de un pasajero de ese vuelo ha confirmado esta posibilidad al asegurar que Tamara Falcó e Íñigo Onieva se sentaron separados en el avión, y durante las 13 horas de vuelo no se hablaron. Este gesto extrañó a muchos de los pasajeros que viajaban con ellos, apunta. "Tamara e Íñigo iban en mi vuelo a Miami, y me sorprendió mucho que no se sentaran juntos ni hablaran en todo el vuelo", ha señalado.

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