Como saben, desde el 30 de noviembre al 12 de diciembre, se celebra, en Dubai, la Cop28, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.

Seguramente se preguntarán: ¿Cómo, en Dubai, donde hay más petróleo que palmeras? Bueno, cosas de la política, ¿verdad? ¿Y quién es el presidente de la Cop28? Sultan Ahmed al Yaber, que es, a la vez, el director de una las compañías petroleras más importantes del mundo por volumen de negocio. ¿No les parece raro todo este montaje? Algunos ecologistas han llegado a decir que sería como si en un congreso sobre el cáncer de pulmón, su presidente fuera el responsable de una tabacalera. Razón, creo yo, no les falta.

Bien, dejemos tranquilo al Cop28 y centrémonos en los costes de transición que supone abandonar los combustibles fósiles, el meollo de todo lo que está pasando.

Jordi Pujol, cuando era presidente de la Generalitat, solía preguntar a cualquier interlocutor que le propusiera algún proyecto ambicioso: "Y esto, ¿quién lo paga?" Pues aquí tienen el problema: y esto, ¿quién lo paga?

A los extremistas de cualquier cosa que cuestione el sistema capitalista un día se les ocurrió que los automóviles con distintivo amarillo, es decir, el de la letra B, no podrían entrar en Barcelona.

Pongámonos en la piel de un autónomo que se acaba de comprar una furgoneta para poder hacer su trabajo y lee que sus entradas a Barcelona tienen los días contados. ¿Cómo creen que se sentirá esta persona? ¿Cómo se sentirían ustedes?

El cambio climático es una evidencia. Es un hecho. Si continuamos como hasta ahora, iremos a peor, a mucho peor. Es obvio que se tienen que adoptar las medidas que sean necesarias para evitar el calentamiento de la Tierra. Y hay que hacerlo contando la verdad, sin mentiras, sin fanatismos, y sin crear nuevas religiones. Empezamos por responder la pregunta que se hacía Jordi Pujol: Y esto, ¿quién lo paga?