Telefónica ha planteado a los sindicatos un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) para reducir el tamaño de su plantilla en España. Un despido colectivo que podría afectar potencialmente a miles de trabajadores, tal y como han confirmado esta tarde fuentes sindicales consultadas por 20minutos. De concretarse, el ERE sería el primero que aplica la compañía en 10 años, cuando se cerró el último expediente de salidas. El proceso se extendió durante tres años y se cerró con la salida de 6.830 trabajadores de la 'teleco'.
Todavía se desconoce el número de empleados que se verían afectados por el despido colectivo, aunque en un primer momento han surgido informaciones que apuntaban a 2.500 trabajadores. No obstante, este extremo ha sido desmentido por fuentes sindicales que señalan que no se conocerá la cifra hasta que las mesas de negociación estén constituidas.
Lo que sí se sabe es que el ERE afectará a los trabajadores de tres filiales de la compañía: Telefónica España, Telefónica Móviles y Telefónica Soluciones Informáticas. Estas tres 'jurídicas' suman en su conjunto 16.000 empleados y los expedientes de regulación deberán negociarse en cada una de ellas. Hasta que no se constituyan las tres mesas de negociación, no se conocerá una cifra oficial de trabajadores afectados.
Telefónica comunicó oficialmente a los sindicatos el pasado jueves que estaba preparando un ajuste de plantilla. Sin embargo, no ha sido hasta este lunes cuando ha trascendido que la vía escogida será la del ERE. Las centrales sindicales están negociando con la empresa el nuevo convenio colectivo que afecta a las tres filiales, un proceso que concluirá a finales de año.
Desde los sindicatos están ahora a la espera de conocer los detalles de los expedientes de regulación de empleo antes de hacer valoraciones. Eso sí, tanto UGT como CC OO —las centrales con mayor peso en la 'teleco'— reclaman que ante un plan de salidas debe haber igualdad de oportunidades y se debe tener en cuenta el enlace de los afectados con la jubilación.
Los trabajadores de Telefónica está acostumbrada a los procesos de reducción de plantilla que se han ido sucediendo a gran ritmo en la última década. La última salida de trabajadores se produjo en 2021 mediante un plan de bajas voluntarias al que se unieron un total de 2.982 empleados. Antes, entre 2016 y 2018 la empresa ya había puesto en marcha planes similares mediante los que se pactó la salida de 6.300 empleados, a los que se sumaron otros 2.640 en 2019. En total, la empresa ha prescindido de 11.922 trabajadores desde 2016. A ellos, habría que añadirles los 6.830 trabajadores que abandonaron la compañía en el ERE que concluyó en 2013.
La diferencia principal entre los programas de bajas voluntarias que se venían aplicando hasta ahora y un ERE es que los primeros son más garantistas para los afectados. Los plantes de suspensión individual permiten que el trabajador mantenga la relación laboral con la empresa hasta su jubilación, aunque acarrean una reducción considerable del salario. En cambio, el ERE implica el final del contrato de trabajo, con lo que el trabajador recibe una indemnización y entra en el sistema de prestaciones por desempleo.
Tiempos convulsos para la empresa
Telefónica, la octava empresa más grande con sede en España por capitalización, atraviesa momentos convulsos. Las turbulencias comenzaron en septiembre, cuando Saudi Telecom, una compañía de telecomunicaciones patrocinada por el Estado saudí, anunció su entrada por sorpresa en Telefónica tras hacerse con un paquete accionarial del 4,9% y otro del 5% a través de derivados financieros.
La teleco española es considerada por el Gobierno como una empresa estratégica por el sector en el que desarrolla su actividad y su implicación en las fuerzas armadas, donde suma cientos de millones de euros en licitaciones. Esa es una de las razones por las que el Ejecutivo está valorando volver a entrar en el accionariado de la compañía a través de la SEPI 26 años después de su privatización.
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