Elegir un sistema de calefacción puede ser una de las decisiones fundamentales para ahorrar en la factura energética en invierno, una época en la que el gasto suele ser mayor para combatir el frío. En ese sentido, al modelo tradicional de la caldera convencional se contrapone el modelo de las calderas de condensación, un modelo caracterizado por su alta eficiencia energética.

¿Cuáles son las diferencias entre ambos modelos? ¿Se puede ahorrar más con una caldera convencional?

Cómo funcionan las calderas tradicionales

Las calderas tradicionales funcionan a través de la combustión de un combustible, ya sea de gas natural o gasóleo (los más comunes), para calentar un fluido (normalmente agua) que recorre el sistema de distribución de la vivienda (suelo radiante o radiadores) y permite calentar la vivienda. Este tipo de calefacción está cada vez más regulado, y de hecho actualmente solo se permiten las de combustión estanca, homologadas a los estándares de seguridad y eficiencia energética.

Si bien han sido el modelo más extendido durante muchos años, es evidente que este sistema de calefacción está perdiendo en los últimos años debido a su variable eficiencia energética y su alto coste.

El truco del papel de aluminio para calentar más la casa sin gastar más en calefacción

Cuánto se ahorra con una caldera de condensación

Las calderas de condensación funcionan a través de un cambio de fase de una sustancia gaseosa a un estado líquido. En ese cambio de fase se produce el calor latente, una energía que en las calderas convencionales se pierde y que aquí se aprovecha para producir calor.

Estas instalaciones permiten recuperar ese calor latente, por lo que permiten reducir considerablemente la emisión de gases contaminantes y ser eficientes energéticamente: pueden suponer un ahorro de hasta el 30%, según explican desde Leroy Merlín. 

Por lo tanto, estas calderas constituyen un sistema de calefacción mas sostenible, más eficiente y más barato. Su precio dependerá de la potencia de la caldera con la que se desee abastecer la vivienda: pueden ir desde los 780 hasta los 1800 euros. Según explica la OCU, las mejores calderas de condensación del mercado pueden consumir, de forma anual, una media de entre 720 euros y 840 euros.