Los Grammy han llevado a Sevilla buena música, brillantes artistas, luz, color... y algún equívoco que otro.
El programa TardeAR contó ayer a través de su enviada a la capital andaluza, Leticia Requejo, que dos inspectores de Hacienda visitaron a Alejandro Sanz, uno de los invitados, en su hotel para anunciarle un embargo.
El entorno del cantante gaditano ha desmentido rotundamente esta visita ni ninguna otra de funcionarios ni policía relacionada con los problemas que Sanz mantiene con el fisco a cuenta de una deuda contraída en Miami.
El asunto, que sí es real, está en manos de un juzgado de Madrid que le declaró en rebeldía al no poder localizarle en relación a una deuda de tres millones de euros que contrajo en Miami.
Alejandro Sanz solicitó un crédito en EE UU para adquirir dos casas. Un juez de esa ciudad lo condenó hace dos años por las cuantiosas deudas que arrastra por los préstamos impagados que solicitó para comprar esa dos propiedades en esa ciudad norteamericana.
Un asunto con origen en EE UU, pero que ha trascendido a la justicia española, aunque por esta vez, nadie se personó a buscar al cantante, que actuó en los Grammy como uno de los platos fuertes de esta edición sevillana y española.
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