Fidel, así se llama uno de los dos amigos del abogado Cándido Conde-Pumpido, acusados también de presunta agresión sexual, declaró ante el juez el día de los hechos, que la denunciante y el abogado se conocieron en una discoteca, pero que nunca creyó que el encuentro fuera fortuito, puesto que ella sabía de la fama de él.
Según la declaración a la que ha tenido acceso Y ahora Sonsoles, que conduce Sonsoles Ónega, el amigo de Conde-Pumpido añadió datos nuevos a este relato. Al parecer, 24 horas antes de que se produjera la presunta agresión, la chica quería verse de manera desesperada con él, pero el abogado no contestó a las llamadas.
Fue entonces cuando, según relata el amigo, le contactó a él, a Fidel, por Instagram. "Le digo que Cándido necesita tranquilidad y que cada uno esté por su lado", ha asegurado, pero ella insistió.
Finalmente, el abogado terminó reuniéndose en su propia casa, en Madrid, con ella, a donde más tarde llegaría Fidel. Fue la noche de la presunta agresión, el viernes 3 de noviembre.
Según el testimonio de Fidel, Cándido y la denunciante estaban en la habitación mientras él tomaba algo en la cocina. En un momento dado, Fidel subió a la planta de arriba y vio al abogado solo en una habitación. Y a ella, también sola, durmiendo en otra estancia.
Al amanecer, Cándido le pidió a su amigo que la llevara a casa, pero ella no quería marcharse. Las cámaras captaron que finalmente fue el abogado quien la acompañó a la puerta.
El declarante se marchó en un coche de Conde-Pumpido, momento en el que la denunciante gritaba desde la puerta. Fidel decidió regresar a la casa de su amigo cuando la policía estaba allí, atendiendo a la denuncia por presunta agresión sexual.
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