Golpe policial a dos bandas de distribución de marihuana en Cataluña: 21 detenidos y 27.000 plantas intervenidas por valor de 49 millones

  • Los Mossos han indicado que tenían plantaciones en zonas de muy difícil acceso del Pirineo catalán.
Una imagen de las plantaciones de marihuana.
Una imagen de las plantaciones de marihuana.
Una imagen de las plantaciones de marihuana.
Una imagen de las plantaciones de marihuana.
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Operación exitosa de los Mossos d'Esquadra contra el tráfico de droga en Cataluña. El cuerpo policial ha informado este martes de que entre el verano pasado y el de 2022 desmanteló dos organizaciones criminales dedicadas al cultivo de marihuana en el exterior -en zonas de muy difícil acceso en el Pirineo catalán- y a su posterior distribución. Los agentes han detenido a 21 hombres de entre 19 y 40 años, originarios de países del este, como presuntos autores de delitos de pertenencia a organización criminal y contra la salud pública.

Además, han destruido 27.000 plantas que supondrían 8,1 toneladas de droga, con un valor en el mercado ilícito estimado en 16 millones de euros con venta al por mayor (entre narcotraficantes) y en 49 millones con venta al por menor. Este importe podría doblarse o triplicarse en otros países de la Unión Europea.

Además de en el Pirineo, la actividad de las organizaciones criminales se extendía a Ponent y a la Regió Central. Se han desmantelado plantaciones en el Alt Urgell, el Pallars Jussà, el Pallars Sobirà, la Noguera y Osona.

Los inicios de la investigación

La primera fase de la investigación policial se inició a principios de julio de 2022 con el hallazgo de una plantación de marihuana en la Baronia de Rialb (Noguera) regentada por una organización criminal. Los investigadores iniciaron una serie de vigilancias que concluyeron que allí trabajaban un mínimo de cuatro personas, que vivían en un lugar de difícil acceso situado en la montaña.

El 6 de septiembre de 2022, los Mossos realizaron entraron a la plantación. Fue necesaria la presencia del Grupo Especial de Intervención por la implicación del crimen organizado, que en ocasiones pone trampas peligrosas para la integridad física de las personas en los accesos a los cultivos.

En la plantación de Baronia de Rialb, los agentes localizaron más de 1.800 plantas de marihuana, que suponen más de 500 kilos de marihuana. El valor del total en el mercado ilícito habría sido superior a los 3 millones de euros. A raíz del desmantelamiento de la primera plantación, el 6 de septiembre de 2022 se detectó otra de muy próxima, también en Baronia de Rialb, que se desmanteló pocos días más tarde, con el resultado de 3.000 plantas destruidas y 3 detenidos.

Segunda fase

A finales de 2022, la Unidad de Investigación de Tremp localizó en Sarroca de Bellera (Pallars Jussà) un espacio deforestado con signos evidentes de haberse utilizado recientemente como plantación de marihuana al aire libre. 

Meses después, a finales de abril de 2023, los investigadores tuvieron constancia de la reanudación de la actividad criminal en la misma zona de cultivo. Los agentes documentaron a través de vigilancias y seguimientos que había dos personas a cargo de esta plantación, que hacían tareas de cuidado y cultivo de la plantación, y dos más que se dedicaban al transporte y la logística.

Los mismos integrantes de este grupo criminal también regentaban dos plantaciones próximas situadas en Senterada y en la Torre de Cabdella (Pallars Jussà) y otra en Rupit y Pruit (Osona). En total, gestionaban cuatro, al aire libre y de grandes dimensiones.

Con todos los indicios recogidos, el 13 de septiembre de 2023 se realizaron entradas simultáneas en todas ellas, así como en uno de los domicilios de los investigados en Lloret de Mar (La Selva). Se detuvo a nueve personas y se destruyeron más de 6.000 plantas de marihuana, más de la mitad, en Sarroca de Bellera.

La policía aún no da la investigación por cerrada, por lo que no se descartan más detenciones.

¿Cómo trabajan los cuidadores?

Este tipo de plantaciones en lugares remotos y de difícil acceso implican un modus operandi característico de las personas que las regentan. Inicialmente, se hacen cargo de la preparación del terreno, puesto que al ser abrupto, tienen que eliminar todas aquellas ramas y matorrales que obstaculizan el cultivo. Después se lleva a cabo la instalación del sistema de regadío.

Las plantas requieren un riego continuo, por lo que es necesario un suministro constante de agua, lo que se logra con depósitos de grandes dimensiones, muchos metros de manguera y equipos de bombeo. El agua se trata con fertilizantes y productos químicos.

El ciclo de estos cultivos suele durar entre tres y cinco meses. Luego las funciones de las personas responsables de la plantación son ir regando las plantas y suministrar los complementos adecuados para su crecimiento.

Una vez la plantación está lista para la recolección, hay que defender la cosecha ante posibles saqueos y robos.

Cuando los cogollos de la marihuana ya están secos y aptos para consumir, los envasan al vacío y los trasladan a su destino final, que acostumbran a ser países del norte de Europa, donde el precio de venta de la marihuana puede duplicar o triplicar el de Cataluña.

Los Mossos confían en que su actuación sea disuasoria

Los Mossos d'Esquadra confían en que este golpe contra el cultivo de marihuana sirva como "efecto llamada" para disuadir a organizaciones criminales de instalar futuras plantaciones en estas zonas de difícil acceso. Así lo ha afirmado el jefe del Área de Investigación Criminal (AIC) de la Región Policial Alto Pirineo y Arán, César Jou, que ha asegurado que la tipología de plantaciones desmanteladas permitía llegar a hacer hasta tres cosechas al año.

También ha reconocido que nunca habían pensado que en el Pirineo se hicieran plantaciones de marihuana para el narcotráfico y ha remarcado que ellos han sido los "primeros sorprendidos".

Ha explicado que los narcotraficantes han visto en el Pirineo las "condiciones óptimas de terreno" para plantar, con unas extensiones de bosque "inmensas" y de difícil acceso. 

La policía, ha dicho, se ha quedado sorprendida al ver las instalaciones construidas en el lugar de las plantaciones, hechas con herramientas manuales y madera cortada de la misma zona. Las ha definido como un auténtico "campamento romano", porque en algunos casos, para llegar, había que andar más de dos horas por veredas. Los responsables de las plantaciones trasladaban por estos caminos todo el material, desde bombonas de butano para montar el campamento, a tiendas, lonas, sistemas de riego y herramientas.

Los jefes de las dos bandas desmanteladas están en municipios de la costa catalana, desde donde gestionan la venta de la droga hacia países de Europa. 

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