El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, se ha visto en los últimos días con diferentes perfiles implicados en el conflicto que mantiene Israel con Hamás desde que el grupo terrorista protagonizara un atentado hace dos semanas y media. Sin embargo, el que ahora ocupa la Presidencia de turno del Consejo de la Unión Europea no se ha visto con el primer ministro del Estado hebreo, Benjamín Netanyahu, a quien sí telefoneó el domingo para trasladarle su apoyo, pero para recordarle también que incluso en la guerra hay reglas.

Desde el Ejecutivo tampoco aclaran si Sánchez tiene previsto trasladarse hasta Israel, como han hecho otros líderes europeos y mundiales. Es el caso del presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, y los primeros ministros de Reino Unido, Rishi Sunak; de Italia, Georgia Meloni; o de Países Bajos, Mark Rutte. Este martes también ha hecho lo propio Emmanuel Macron, presidente de Francia. "Son conocedores de la intensidad de la agenda del presidente. Cuando se pueda concretar, se trasladará", apuntó tras el Consejo de Ministros la portavoz del Gobierno en funciones, Isabel Rodríguez.

El contacto del presidente español con Netanyahu se ha limitado a una llamada que realizó Sánchez el pasado domingo. En ella, Sánchez condenó los ataques terroristas de Hamás y pidió la liberación de los rehenes "de inmediato y sin condiciones". Además, también le recordó al mandatario israelí su derecho a defenderse, pero "dentro de los límites del derecho internacional y humanitario". Asimismo, insistió en la "necesidad" de que la ayuda humanitaria llegase a la población de Gaza "de manera suficiente" y pidió "evitar que el conflicto se extienda al resto de la región". "Debemos abordar una solución definitiva para la paz, basada en la solución de dos Estados, Israel y Palestina, que coexistan en paz y seguridad", apuntó.

Albares da por cerrado el incidente diplomático con Israel y recuerda que la política exterior de España la marca Sánchez

Además, el presidente ha recibido en Moncloa a varios de los actores implicados. El lunes se vio con el presidente de la Federación de Comunidades Judías en España, Isaac Benzaquen, y, después, con el secretario general de la Comisión Islámica en España, Mohamed Ajana. Hizo lo propio con Rodica Radian-Gordon, embajadora de Israel con quien el Ejecutivo mantuvo un "incidente diplomático" la pasada semana por la decisión de la Embajada de acusar a "ciertos elementos del Gobierno" de "alinearse con Hamás". No daban nombres, pero era obvio que iba contra Ione Belarra, ministra de Derechos Sociales y secretaria general de Podemos, que participó en las marchas convocadas en Madrid a favor del pueblo palestino.

Por su parte, el PP achaca el modus operandi de Pedro Sánchez a una falta de liderazgo dentro del Gobierno de coalición. "Ha hecho lo que le ha autorizado Sumar y el resto de socios de Gobierno", es decir, los independentistas. Así, fuentes del entorno de Alberto Núñez Feijóo entienden la llamada de Pedro Sánchez como una sumisión a las exigencias de sus socios estratégicos que se han postulado en favor de reconocer a Palestina como un Estado soberano, mientras que algunos miembros de Podemos se han negado a reconocer a Hamás como un "grupo terrorista" y lo han tildado de "facciones armadas palestinas".

De este modo, los populares reprochan a Pedro Sánchez que haya mantenido una conversación telefónica con Netanyahu y no haya viajado a Israel. Más aún cuando asume el turno de la Presidencia europea. Desde Génova lamentan que Sánchez, en lugar de liderar la respuesta diplomática de la Unión, se esconda para "no enfadar" a Ione Belarra.