España aguanta como la gran economía de la UE con menos inflación, pero vuelve a ser en la que más suben los alimentos

Una mujer atiende su puesto en una pescadería de la Praza de Abastos y de Frigsa en Lugo.
Una mujer atiende su puesto en una pescadería de la Praza de Abastos y de Frigsa en Lugo.
CARLOS CASTRO / EP
Una mujer atiende su puesto en una pescadería de la Praza de Abastos y de Frigsa en Lugo.

España acumula ya once meses consecutivos como la gran economía de la UE con menor inflación. En septiembre, los precios del consumo subieron un 3,3% en el país, una cifra que todavía es más baja a la media de la eurozona del 4,3% el mes pasado. Sin embargo, el diferencial favorable del que ha disfrutado la economía nacional durante casi un año se está agotando poco a poco. De hecho, en categorías tan importantes como los alimentos, que representan un 20% de la cesta de consumo, España es de nuevo el país con mayores subidas de precios entre el 'top 4' de economías de la eurozona.

Así se refleja de los datos definitivos del Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA) del mes de septiembre publicados este miércoles por Eurostat. El pasado mes, la inflación interanual en el conjunto de la eurozona se redujo del 5,2 al 4,3%, la undécima caída consecutiva desde que el BCE comenzó a subir los tipos de interés. Entre las grandes economías europeas, Alemania registró una inflación del 4,3% (2,1 puntos menos que en agosto), Francia del 5,7% (sin cambios) e Italia del 5,6% (una décima más que el mes anterior).

Las subidas de precios se frenaron en 21 de los 27 Estados miembros de la UE, mientras que aceleraron en otros cinco países (España, Italia, Irlanda, Eslovenia y Chipre) y se estancaron en Francia. Estas tendencias opuestas tienen mucho que ver con lo que ocurrió con los precios el año pasado por estas fechas. 

En la mayoría de los países de la eurozona, la escalada de la inflación el año pasado tocó techo entre octubre y noviembre. Sin embargo, en España el pico llegó en junio de 2022 porque la inflación energética se redujo antes y más rápido gracias al mecanismo ibérico para limitar el precio del gas en la producción de electricidad. Esto provocó que los precios se desaceleran antes en España que en el resto de la eurozona. Ese efecto favorable ya se ha agotado en España donde la inflación tocó suelo en junio de 2023, pero todavía tiene recorrido en el resto de Europa. 

La inflación alimentaria se estanca

Los datos de Eurostat reflejan que la inflación de los alimentos se está resistiendo a bajar en España en comparación con lo que está ocurriendo en el resto de Europa. A diferencia de lo que ocurrió con el IPCA general, en la cesta de la compra el pico estuvo más sincronizado en la eurozona. El techo se alcanzó en febrero y marzo de este año y desde entonces la inflación en la cesta de la compra se ha ido reduciendo con claridad en todos los países. 

Sin embargo, en los últimos meses España se ha quedado estancada en este descenso. La inflación alimentaria apenas se ha movido desde el pasado junio y se mantiene estable en torno al 10%. Sin embargo, en el resto de las grandes economías europeas, la subida de precios en el supermercado está ya por debajo del 10%. Esto ha provocado que España vuelva a ser la gran economía europea con más inflación en la cesta de la compra, algo que no sucedía desde julio de 2022.

Llama la atención que España es el único país junto a Dinamarca en el que el IPCA interanual de los alimentos no se redujo en septiembre frente a agosto. En la eurozona, la inflación de los alimentos se redujo del 10,3% al 9,1%, mientras que en España se mantuvo estable en el 10,5%. Esta es una de las claves que explica por qué el diferencial favorable de inflación que tiene España respecto a la eurozona se está reduciendo. 

Si se analiza cuáles son los productos que más están contribuyendo a elevar los precios, se observa cómo los alimentos aportaron 2,1 puntos a la inflación en España frente a 1,5 en la Eurozona. El pasado junio, cuando la brecha entre la inflación española y de los países del euro alcanzó su máximo (3,9 puntos), los alimentos contribuyeron con dos puntos al IPC en ambos casos.

Pero el principal factor que está permitiendo que España conserve su ventaja respecto a la UE sigue siendo el precio de la electricidad. En septiembre, los precios de los suministros básicos para vivienda —donde la factura de la luz tiene un peso muy destacado— restaron 1,7 puntos a la inflación en España, frente a 0,4 en la eurozona. Sin embargo, el diferencial favorable que todavía conserva España en este componente se ha reducido bastante. El pasado junio, la contribución a la inflación de estos productos fue de -1,6 puntos en España y de 0,6 en la eurozona. Ahora se ha reducido a -1,4 puntos en España y -0,4 en la eurozona.

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