Sarah Morris Corresponsal británica en España
OPINIÓN

"Hola Español, au revoir Français", el castellano nada a contracorriente en el Reino Unido

El otoño en Londres ofrece estampas mágicas.
El otoño en Londres.
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El otoño en Londres ofrece estampas mágicas.

Uno de los primeros artículos que escribí para un periódico británico regional trataba sobre una explosión del castellano. Fue finales de los 90 en Harlow, una ciudad obrera cerca de Londres, y creo recordar (es previo a los archivos de los periódicos en internet) que había un récord de alumnos apuntados a las clases de español para adultos de la zona y un incremento en el número de alumnos de institutos eligiendo castellano en lugar de francés o alemán, los dos idiomas que yo había estudiado en mi colegio público.

Mis fuentes de información resultaron fáciles: yo misma había empezado mis primeras clases de castellano con 23 años, un par de horas por la tarde los lunes, tras mis clases de periodismo. Allí conocí a compañeros que me contaron que no habían tenido la ocasión de aprenderlo en el instituto y que querían defenderse en el idioma para ir de vacaciones a España o viajar a América Latina.

El auge del castellano en el Reino Unido sigue vigente hoy en día, más de 20 años después. Mientras los números de alumnos que eligen el alemán o el francés cómo “A Level” (los exámenes británicos que hacen alumnos en general con 17 años, el equivalente al bachillerato) se desploman un 45% y un 37% respectivamente en la última década, los que se presentan para un ‘A’ Level en castellano han subido un 7%, como cuenta The Times.

Este verano había 7.419 alumnos presentándose al examen de español, más que los 6.429 que han elegido el idioma de nuestro vecino galo y más del triple de los que eligieron el alemán, un pariente del inglés, y todavía hablado por miembros de la familia real británica cómo el Rey Carlos III.

Con un gráfico titulado: “Hola Español, au revoir Français”, Venetia Menzies muestra que al nivel de GCSE, el examen que hacen los alumnos normalmente con 16 años, el castellano gana en popularidad desde 2013, medido cómo porcentaje de todos los exámenes, y a pesar del Brexit. El francés y el alemán, sin embargo, pierden fuerza frente otras asignaturas.

Hay una grave crisis en el aprendizaje de los idiomas en mi país de origen

¿Cómo consigue el castellano nadar contra la corriente de la pérdida de popularidad de los idiomas extranjeros en los colegios británicos? Una parte de la explanación sería que padres y alumnos lo eligen por razones pragmáticas, prefiriendo un idioma hablado por más de 496 millones de nativos, la segunda lengua materna más hablada después del chino mandarín, a los idiomas francés y alemán tradicionalmente estudiados por los vínculos históricos.

Otra explicación es que la cultura latina tiene atractivo para los jóvenes, como contaron profesores a The Guardian al notar el crecimiento del castellano. "Los estudiantes escuchan al castellano en su música, Shakira, por ejemplo. Se vuelven locos por Shakira", contó Kristina Hardy, profesora de español en un colegio público en el sudeste de Inglaterra. Los bailes como el pasodoble y el tango, que salen en el exitoso programa Strictly Come Dancing, también promocionan la cultura del castellano, concluye la profesora.

Dicho todo esto, la resistencia del castellano no puede esconder que hay una grave crisis en el aprendizaje de los idiomas en mi país de origen. Los problemas empezaron a principios de los 2000, cuando se quitó la obligación de que los alumnos tuvieron que estudiar un idioma extranjero hasta los 16 años, dando la idea que la dominancia del inglés a nivel global hiciera inútil estudiar otra lengua. Cuando se empezó a cobrar tasas en la universidad, sufrieron las letras en general: los estudiantes pensaron que otras carreras les prometían mejores sueldos en el futuro.

Ahora el Reino Unido está en un círculo vicioso: no hay profesores suficientes para los que quieren estudiar porque menos personas estudian lenguas en la universidad y muchos profesores comunitarios salieron del país después del Brexit. Para poner un parche al problema, el gobierno y el British Council están ofreciendo hasta 31.000 euros a personas que pueden enseñar español, francés o alemán para formarles en Inglaterra para ser profesores y 12.000 euros para los costes del traslado a la isla.

Me da mucha pena que mientras en España hay incluso colegios públicos ofreciendo una enseñanza bilingüe, en mi país de origen no hemos podido proteger lo que teníamos y mejorarlo. Los profesores se preocupan porque existe el riesgo de crear ciudadanos más aislados y menos abiertos de mente y que los idiomas extranjeros sean hablados bien únicamente por los privilegiados que van a un colegio privado. Un 84% de lectores de The Times opinan que hay que obligar el aprendizaje de un idioma extranjero como fue el caso para mi generación.

Votaría que sí, pero los expertos añadirían que hay que hacer divertido y atractivos los idiomas. Que sea a través de la letra de Shakira o cómo en el caso de aquella clase de adultos en Harlow, como pedir tapas y cañas en un bar, pero la remontada de las lenguas en el Reino Unido tiene que empezar ya.

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