Las personas sin hogar se disparan un 56% en 8 años en Barcelona y crecen las trabas para empadronarse: "Les piden una dirección"

Pintada de pisadas simbólica dentro del acto en recuerdo a los sintecho fallecidos este año en Barcelona organizado por Arrels.
Pintada de pisadas simbólica dentro del acto en recuerdo a los sintecho fallecidos este año en Barcelona organizado por Arrels.
MIQUEL TAVERNA
Pintada de pisadas simbólica dentro del acto en recuerdo a los sintecho fallecidos este año en Barcelona organizado por Arrels.

El número de personas sin hogar en Barcelona sigue aumentando. Según el Ayuntamiento, en 2023 se han contabilizado hasta 1.149 personas en las calles de la capital catalana, lo que supone un incremento del 56,5% en ocho años (en 2015, el consistorio registró una cifra de 734).

El aumento de las personas que duermen al raso empezó a crecer antes de la crisis sanitaria provocada por el coronavirus, entre el 2015 y 2019. Entonces, las cifras crecieron en 303 personas, unos datos que suponían un 41,2% más, mientras que en 2020 y 2021, los años en los que la pandemia apareció y afectó más, el consistorio contabilizó 1.000 y 939 personas respectivamente.

Pero el aumento no se quedó ahí. En 2022 la cifra superó el millar y alcanzó las 1.043 personas. Finalmente, este 2023 ha llegado hasta las 1.149. Por ello, la teniente de alcalde de Derechos Sociales, Maria Eugènia Gay, ha defendido que la situación necesita "un abordaje supramunicipal y de políticas de corresponsabilidad" con el sistema sanitario, de protección a la infancia y con políticas de acogida e inserción laboral.

Obstáculos burocráticos

Al problema del incremento de personas sintecho en las calles de la ciudad, se suma la dificultad para empadronarlas tal y como explica a 20minutos la Fundació Arrels.  Según Bea Fernández, del equipo jurídico de la fundación, las personas sin hogar pueden empadronarse, pero cada vez tienen más trabas: "Tienen criterios diferentes, les piden una dirección exacta o un informe de los servicios sociales", explica Fernández. 

De hecho, ella contabiliza tres nuevos obstáculos. El primero es el procedimiento, que ha cambiado y ahora es más exigente. Segundo, es que en muchas ocasiones piden a las personas sin hogar que presenten un informe de los servicios sociales que acredite que duermen en una dirección determinada, un proceso que puede tardar hasta tres meses y que en muchas ocasiones es poco útil, puesto que estas personas no siempre se mantienen en un mismo lugar.

Y, tercero, es que, en otros casos, las Oficinas de Atención Ciudadana derivan a aquellos que piden el empadronamiento al Servicio de Inserción Social (SIS). El problema es que al llegar ahí no pueden ser atendidos porque no están empadronados. "Es un pez que se muerde la cola", apunta Fernández.

Por ello, la Fundació Arrels se encuentra en estos momentos haciendo una "recogida casuística" para determinar qué es lo que está pasando, ya que la dificultad para obtener patrones afecta directamente a la calidad de vida de estas personas, que no pueden acceder a los servicios básicos, como son la sanidad o, en el caso de que tengan hijos, la educación sin un patrón.

Huérfanos de una ley que les proteja 

Pero, además de estas medidas, diversas entidades sociales como Arrels, Càritas, Sant Joan de Déu Serveis Socials o Assís Centre d'Acollida reclaman al Parlament aprobar una ley urgente inmediatamente para erradicar el sinhogarismo. "A pesar de su vulnerabilidad, a diferencia de otros colectivos, las personas sin hogar no tienen ninguna ley específica para corregir su situación", denuncian en el manifiesto que recoge 'Una ley para las personas sin hogar. Una ley de dignidad'.

"Son huérfanos de una legislación que les proteja", asegura el director de la propuesta de ley y catedrático de Derecho Administrativo de la Universitat Autónoma de Barcelona (UAB), Antoni Milan. Además, las entidades señalan que el perfil de la persona sin hogar ya no sigue un patrón marcado: jóvenes, ancianos, familias, familias monoparentales, gente con trabajo, españoles o extranjeros, enfermos mentales... "No respeta a nadie", dicen.

La proposición de ley contempla, entre otras cosas, facilitar el ejercicio de derechos ya existentes, como es el empadronamiento. Un trámite que desde el Síndic de Greuges denuncian que se está dificultando. Por ello, ha pedido explicaciones al Ayuntamiento de Barcelona. Según la sindicatura, la tramitación de los Informes de Conocimiento de Residencia (ICR), un documento necesario para que las personas sin hogar consigan el empadronamiento, se ha complicado.

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