El gobierno de Jaume Collboni en Barcelona ha presentado una propuesta de Ordenanzas Fiscales que plantea eliminar la bonificación del 75% de la tasa de terrazas que se activó debido a la Covid, en la línea de lo que defiende BComú, formación que pretende entrar al ejecutivo municipal. A cambio, introduce medidas para favorecer a las que ocupan menos espacio público y "penalizar" a los que ocupan más, ha explicado el teniente de alcalde de Economía, Jordi Valls.

Así, los restauradores seguirán pagando una tasa por las terrazas cuyo importe varía en función de la categoría de la calle donde están situadas (oscila entre los 64,80 euros al año por cada mesa hasta los 1.263,60). Sin embargo, para las de una a cuatro mesas la tasa será del 0,5% del importe de la categoría que corresponda; para las de cinco a ocho mesas, del 0,60%; para las de nueve a 12 mesas, del 0,7%, y para las de más de 12 mesas, del 0,8%.

Según los cálculos del Ayuntamiento, la medida beneficiará al 65% de los locales de restauración de Barcelona, que tienen terrazas con cuatro mesas o menos, y solo el 2% tendrá que pagar el 0,8% de la tasa, porque son los que tienen 12 mesas o más.

Se espera que esta nueva forma de establecer los importes, que apuesta por la "progresividad" sirva para recaudar 5,8 millones de euros, menos de los que se preveía con la ordenanza de 2019 (8,2). No obstante, la cantidad supera con creces los dos millones de euros que se han recaudado los últimos años, durante los que la tasa ha sido bonificada al 75%.

Sin acuerdo aún con los restauradores

Valls ha reconocido que no se ha llegado a un acuerdo con el Gremio de Restauración de Barcelona para poner en marcha esta medida, pero desde la patronal se han mostrado dispuestos a alcanzar un pacto.

"El punto de partida que plantea el gobierno municipal incluye mecanismos de flexibilización que confirman la predisposición a negociar y la voluntad de superar la discusión a través de un acuerdo con el sector que tendrá que ser generoso por ambas partes", ha asegurado el director del gremio, Roger Pallarols.

También ha señalado que Collboni se comprometió en campaña a mantener la bonificación del 75% de la tasa durante un año, "promesa que quedó recogida en el programa electoral de los socialistas".

Pallarols ha recordado que la discrepancia alrededor de la tasa se arrastra desde 2019, cuando el Ayuntamiento estableció un incremento "claramente desproporcionado de hasta el 1.000% en algunas ubicaciones". A partir de aquel momento, ha añadido, el tributo barcelonés, "que ya era lo más caro de todo el Estado", pasó a situarse "muy por encima de lo que se exige, por ejemplo, a los restauradores madrileños".