El gobierno de Collboni propone para 2024 un Presupuesto récord de 3.735 millones que apuesta por la vivienda, la limpieza y la seguridad

  • Se plantea aumentar la fiscalidad del turismo vinculada a los cruceros de corta estancia y los apartamentos.
Vista panorámica de Ciutat Vella (Barcelona).
Vista panorámica de Ciutat Vella (Barcelona).
AJUNTAMENT DE BARCELONA.
Vista panorámica de Ciutat Vella (Barcelona).

El gobierno municipal de Jaume Collboni en Barcelona ha presentado este martes la propuesta de Presupuesto para 2024, que prevé que la ciudad cuente el próximo año con 3.735 millones de euros, lo que supone un incremento de 140 millones respecto a los 3.595,9 de 2023 o, lo que es lo mismo, del 3,9%. Se trata del importe más alto que han contemplado las cuentas municipales hasta ahora.

El teniente de alcalde de Economía, Jordi Valls, ha calificado la propuesta de "sólida, solvente, responsable y ambiciosa". También ha destacado que gran parte del gasto corriente, 1.075,50 millones de euros, se destinará a construir "una ciudad de prosperidad y ordenada, donde vivir y convivir".

Las políticas con mayor gasto corriente son Servicios sociales y promoción social, con 440,2 millones de euros, Bienestar Comunitario (419) -incluye el mantenimiento y la limpieza de la vía pública- y Seguridad y Prevención (396). La aportación directa a distritos para gastos corrientes crece un 4,46% y llega a los 372,5 millones de euros.

La propuesta de Presupuestos contempla también inversiones para proyectos de transformación previstos en la ciudad. Entre ellos está la reforma de La Rambla, a la que se reservan ocho millones de los 48 que se destinarán a completarla este mandato, o la cobertura de la Ronda de Dalt, para la que se prevén cinco millones de los 33 que costará entre los años 2024 y 2027. Están presupuestados, asimismo, 30 millones de euros para el Plan de Barrios y 13,6 para el Plan de Climatización de las Escuelas, en el que se piensa invertir 100 millones hasta 2029. Este se financiará con parte de los ingresos procedentes de la fiscalidad turística.

Hay, además, 384,2 millones de euros para la ejecución de obras ya adjudicadas en 2023. Algunas de ellas son, por ejemplo, las del Mercado de Horta (20 millones), los trabajos del de la Abeceria (6,2) y los que están previstos en el de Montserrat (7,7). También se contemplan 15,3 millones para obras en centros educativos u 11,6 para la transformación de la Ronda de Sant Antoni.

En total, la inversión que prevén las cuentas es de 905 millones de euros. De estos, 777,6  los aportaría el Ayuntamiento y 127,3, Barcelona de Serveis Municipals (BSM) y el Instituto Municipal de Vivienda y Rehabilitación de Barcelona (IMHAB). La construcción y ampliación del parque público de pisos es una prioridad, por lo que se destinarán a este objetivo 152,7 millones.

Esta propuesta de Presupuesto de 3.735 millones, ha señalado Valls, representa cerca del 4% Producto Interior Bruto (PIB) de la ciudad, una cifra que se ha incrementado un 14% desde 2018 y que "sitúa las cuentas municipales como un motor de dinamización económica".

Para garantizar los principios de solvencia del Ayuntamiento, se ha fijado como objetivo un mayor ahorro bruto y se ha previsto destinar un 17% de los ingresos corrientes a inversiones. El endeudamiento se mantiene estable y se sitúa alrededor del 32% de los ingresos corrientes. 

Suben las tasas turísticas y el IBI se congela

Valls también ha presentado el Proyecto de Ordenanzas Fiscales 2024, que mantiene como principal objetivo no incrementar la presión fiscal a la ciudadanía y, por tanto, congelar el Impuesto de Bienes Inmuebles, el IBI.

También prevé introducir más facilidades para fraccionar y aplazar los tributos municipales, simplificar las bonificaciones ambientales e introducir nuevas bonificaciones del Impuesto sobre Actividades Económicas (IAE) para atraer a empresas que innoven y apuesten por el conocimiento.

Como fuente ingresos para que el Ayuntamiento pueda hacer frente a las inversiones que considera clave -limpieza, vivienda y seguridad-, el gobierno municipal apuesta por una fiscalidad vinculada a incrementar las tasas turísticas. El equipo de Collboni propone que los cruceristas de corta estancia (menos de 12 horas) y los huéspedes de apartamentos turísticos pasen de pagar el recargo actual de 2,75 euros al tope máximo, que es de cuatro euros. 

La justificación de este incremento de la fiscalidad en el sector turístico es clara para el teniente de alcaldía de Economía, Jordi Valls. “El turismo es una fuente de ingresos importante para la ciudad, representa más de un 12% del PIB, y, por lo tanto, aporta valor económico. Pero, al mismo tiempo, es uno de los sectores que genera molestias a los vecinos”, ha dicho.

Con esta propuesta, que tiene que ser negociada y pactada con los grupos municipales para que salga adelante, el conjunto de la fiscalidad asociada a la actividad turística pasaría a ser el tercer ingreso propio del Ayuntamiento, con una recaudación total estimada de 95 millones de euros.

Otra modificación importante afectará a la Ordenanza de Terrazas, aprobada en 2020. El gobierno municipal propone eliminar la bonificación del 75% que se introdujo como una medida extraordinaria por la Covid, y con la que el Ayuntamiento quiso favorecer al sector de la restauración. Ahora, el consistorio propone introducir un nuevo escalado progresivo en la tasa de terrazas que irá en función del número de mesas por terraza. De esta forma, pagarán más aquellos establecimientos que tienen más mesas y sillas, y, por tanto, que ocupan más espacio público.

El teniente de alcalde de Economía ha señalado que el objetivo del gobierno municipal es empezar la tramitación del Presupuesto en la Comisión de Hacienda del próximo 18 de octubre. Ha dicho que ha mantenido ya conversaciones con todos los grupos municipales, excepto Vox, y que hay "voluntad de diálogo" y el retorno ha sido "positivo".

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