Del museo a la vida: así es como los científicos han logrado recuperar el ARN de un animal extinguido

Imagen del último tigre de Tasmania (tilacino) en el zoológico de Beaumaris, Hobart, 1933.
Imagen del último tigre de Tasmania (tilacino) en el zoológico de Beaumaris, Hobart, 1933.
Fuente: Película coloreada por Composite Films, 2021 | NFSA: National Film and Sound Archive of Australia
Imagen del último tigre de Tasmania (tilacino) en el zoológico de Beaumaris, Hobart, 1933.

Benjamín fue el último de su especie. Murió el 7 de septiembre de 1936 en el zoológico de Hobart (Australia) y sus restos desaparecieron de la faz de la Tierra, hasta que, 85 años después, se encontraron en el armario del Tasmanian Museum and Art Gallery. Ahora, un grupo de científicos los ha usado para llevar a cabo un hito histórico: han secuenciado, por primera vez, el ARN de una especie extinta.

¿Cómo eran los Tigres de Tasmania?

El tilacino, que es como se llama en realidad el Tigre de Tasmania, fue un marsupial carnívoro original de Australia, Tasmania y Nueva Guinea que había vivido en tiempos prehistóricos, a partir del Mioceno. 

Dos ejemplares de tigre de Tasmania (Thylacinus cynocephalus), un macho y una hembra, en una imagen tomada hacia 1904 en el National Zoo de Washington DC, EE UU.
Dos ejemplares de tigre de Tasmania (Thylacinus cynocephalus), un macho y una hembra, en una imagen tomada hacia 1904 en el National Zoo de Washington DC, EE UU.
SMITHSONIAN INSTITUTIONS / PUBLIC DOMAIN

Fueron mitad hiena, mitad tigre -por las rayas en la espalda-. Se cree que, alrededor del siglo XVIII, momento en el que llegaron los colonos, comenzó la pérdida de muchas especies como esta: se las perseguía por ser peligrosas para el ganado, y así fue como, poco a poco, desaparecieron. 

"La historia de la desaparición del tilacino es, en cierto sentido, uno de los eventos de extinción provocados por el hombre mejor documentados y probados. Lamentablemente, los tigres de Tasmania fueron declarados protegidos solo dos meses antes de que el último individuo conocido muriera en cautiverio, demasiado tarde para salvándolos de la extinción", afirmó Emilio Mármol Sánchez, director del estudio publicado en la revista Genome Research.

¿Se puede recuperar la especie?

Los científicos celebran el hallazgo porque, a partir de ahora, las miles de colecciones existentes en museos de historia natural, e incluso los restos de permafrost bien conservados, podrán ser estudiadas con el objetivo de obtener información que se pensaba perdida sobre la evolución de la expresión genética. 

Además, aunque actualmente es pronto para poner el foco en la 'recreación' de especies extintas, este descubrimiento pone encima de la mesa un debate inevitable. La capacidad de extraer, secuenciar y analizar ARN antiguo podría impulsar los esfuerzos de otros científicos para recrear especies extintas, e incluso, de entender la causa de pandemias pasadas. 

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