Eran las 13.30 horas cuando una llamada llegaba a la Policía Nacional de Madrid. Alertaban de la presencia de un artefacto explosivo en el Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (CDTI), dependiente del Ministerio de Ciencia. En un principio, han desalojado a las 150 personas que se encontraban dentro del inmueble que está situado en el número 4 de la calle del Cid, en el barrio de Salamanca. No obstante, a medida que han ido pasando los minutos, se ha extendido al resto de oficinas, restaurantes y locales que hay por la zona.

Dos horas después, los agentes terminaron de comprobar que se trataba de un aviso falso. Ahora, buscan al autor de los hechos, que ha obligado a movilizar decenas de agentes. 

Los altavoces del edificio en el que supuestamente se encontraba el explosivo y donde se estaba celebrando una conferencia del Programa Ciencia para la Paz y Seguridad han comenzado a pedir a todo el mundo que saliese. Era el jefe de seguridad. "Todo el mundo se ha ido muy ordenadamente", explica uno de los trabajadores del centro. "Al principio, nos han dejado en la puerta. Luego, nos han movido a la esquina y ya, al final, nos han mandado a Serrano", cuenta.

Desalojadas oficinas, restaurantes y locales de varias calles del centro de Madrid por un falso aviso de bomba

Una de ellas ha sido Ángela, que trabaja en la peluquería que hay situada justo enfrente de CDTI. "Estábamos trabajando y, de repente, hemos visto salir muchísima gente del edificio y pasar furgones de la policía", narra. Poco después, un agente ha entrado en su local para pedirles que los desalojaron, explicándoles que habían registrado un aviso de bomba.

Han apagado todas las máquinas, echado la llave a la puerta e ido a la esquina de la calle del Cid con calle de Recoletos. "Luego nos han dicho que teníamos que alejarnos más- como medida de seguridad- y nos han bajado hasta el Paseo de Recoletos", explica. Han estado en ese lugar, junto al resto de desalojados, durante dos horas aproximadamente.

"Ha sido un caos. Había gente yendo hacia arriba, hacia abajo...", indica. Así lo ha sentido también Marcelino, chef en un restaurante al lado del edificio al que ha llegado la falsa alarma por bomba. También sintió cierto "pánico" por si pasaba lo peor. "Teníamos el restaurante lleno de gente comprando y las mesas de personas comiendo cuando ha entrado un policía y nos ha dicho— en privado— que teníamos que sacar a todo el mundo", comenta. 

Han intentado hacerlo de la manera más tranquila posible. Sin embargo, al ver que la gente empezaba a pedir la cuenta y no a salir, han decidido contarles que "estaban en peligro porque había un aviso por un artefacto explosivo". "Hemos estado cerrados como dos horas hasta que nos han dicho que podíamos volver porque ya no había peligro", indica. "A muchos les dijimos que viniesen a pagar ya mañana, que lo importante era salir del local", concluye. 

En un restaurante estaba también trabajando Manuel. "Ha sido al mediodía, así que teníamos todas las mesas ocupadas de gente comiendo". "Un policía ha entrado a decirnos que teníamos que salir", continúa. "Al saber el motivo, no hemos tardado ni tres minutos en dejarlo vacío", añade. Al irse todo el mundo tan rápido, "nadie pagó la cuenta".