Invertir en arte, más al alcance que nunca para los pequeños ahorradores: "Hay obras desde 300 euros"

El arte como refugio inversor
El arte como refugio inversor
Carlos Gámez
El arte como refugio inversor

En un contexto económico donde la inflación sigue por encima del 2% recomendado por el Banco Central Europeo (BCE) y con los grandes bancos aún con el freno de mano echado en los depósitos pese a las subidas de los tipos de interés, los pequeños ahorradores se encuentran a la búsqueda de nuevas oportunidades con las que sacar rentabilidad a ese dinero que tienen parado en las entidades bancarias. 

Una opción cada vez más habitual es invertir en arte. Considerado como un valor refugio, es decir: un activo que permanece estable en períodos de inestabilidad, la adquisición de obras artísticas se ha posicionado como una alternativa realista, sobre todo porque lo que antaño parecía reservado para los grandes patrimonios, en la actualidad es asequible para casi todos los bolsillos.

Carlos Suárez, CEO de Saisho, mercado online de compra y venta de obras de arte contemporáneo, asegura que su negocio ofrece la posibilidad de adquirir piezas artísticas a precios populares. "Tenemos todo el espectro. Hay obras desde 300 euros hasta 100.000".

Para Daniel Díaz, director de Invertir en arte, plataforma especializada en gestionar, asesorar y coordinar todo tipo de servicios relacionados con el mundo del arte, es normal que "cuando pensamos en inversión en arte tendemos a imaginar cantidades muy elevadas" debido a que lo asociamos con cuadros de grandes maestros como Picasso, Klimo o Warhol, pero afirma que las inversiones "de la mayor parte de la población suelen ser cantidades muy inferiores". 

El gran atractivo de las obras artísticas, más allá de su valor intrínseco o cultural, es su rentabilidad a medio y largo plazo, dado que se trata de un producto ajeno a los ciclos económicos y con poca volatilidad, aunque lo recomendable es que la inversión en arte sea una parte dentro de una cartera más amplia para evitar riesgos. 

Existen fuentes que ponen cifras exactas a esa rentabilidad, normalmente con valores superiores al 12%, como el índice Art Market Research o la financiera Citibank, aunque en el fondo todo depende de la apuesta que haga el inversor. El mercado del arte también se rige por la oferta y la demanda: a mayor seguridad, menor revalorización; y viceversa. 

"Un valor seguro es una pintura de unos pintores ya perfectamente asentados en el mercado que suben un poco año tras año pues su demanda mundial es mayor que su oferta -como un grabado de Chillida, de Miró o de Picasso, ejemplos sencillos y relativamente baratos-", destaca Díaz. "Los emergentes, por el hecho de ser aún desconocidos para el gran público, son más baratos y asequibles", añade, aunque en estos casos existe el riesgo de que puedan desaparecer. 

Obra Time Out.
Obra Time Out.
CARLOS BLANCO ARTERO

"Para realizar una buena inversión hay que saber elegir, valorar artistas y estar en los canales adecuados", explica Suárez, que desvela que la medida en la que revalorizan los artistas con los que trabajan es del 16%. "Hay artistas emergentes con obras por 2.000 o 3.000 euros que en los próximos años pueden multiplicar su valor por tres, cuatro o cinco si le va muy bien", advierte.

Como ejemplo de éxito, el máximo ejecutivo de Saisho señala al artista Carlos Blanco Artero, cuya obra, que "combina magistralmente la abstracción y la figuración con toques surrealistas y cubistas", se ha revalorizado casi por cuatro en los últimos cuatro años.

Para realizar una buena inversión hay que saber elegir, valorar artistas y estar en los canales adecuados"

La pintura acapara la mayoría de la demanda

Fuentes del sector consultadas por 20minutos coinciden en que la disciplina artística cuyas obras cuentan con una mayor demanda por parte del público en general y que, por tanto, son más fáciles de vender es la pintura, con alrededor del 80% del mercado. En segundo lugar se sitúa la escultura (15%) y el porcentaje restante es para las otras artes. 

"Actualmente, y más allá de ciertas modas, los coleccionistas españoles buscan pintura española de finales del siglo XX y del XXI", precisa el director Invertir en arte. "Ahora casi nadie compra el martirio de una santa Inés del siglo XVII ni un paisaje del siglo XVIII, y sí una pintura o una escultura abstracta, más o menos expresionista o geométrica o matérica, o de una figuración actual, quizá reinterpretación del mundo clásico. Es parte de nuestra postmodernidad", justifica. 

"Si quieres ir más a seguro y tener alguna obra de arte que el día de mañana quieras vender, la opción es comprar una pintura", afirma  Suárez. "Un cuadro es el objeto artístico por excelencia pese a que desde las instituciones se la ha intentado matar en las últimas décadas con la aparición del videoarte, la fotografía o el arte digital", concluye. 

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