El chofer de María Teresa Campos, dispuesto a hablar sin censura

Gustavo, chófer de María Teresa Campos, a su llegada al tanatorio de La Paz de Tres Cantos donde ha quedado instalada la capilla ardiente de la periodista, fallecida este martes a los 82 años en el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid.
Gustavo, chófer de María Teresa Campos.
FERNANDO VILLAR / EFE
Gustavo, chófer de María Teresa Campos, a su llegada al tanatorio de La Paz de Tres Cantos donde ha quedado instalada la capilla ardiente de la periodista, fallecida este martes a los 82 años en el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid.

La familia Campos se enfrenta unida y en silencio a la dolorosa ausencia de María Teresa. Con generosidad inusual, las hijas y nietas de la presentadora atienden a los medios de comunicación y recuerdan, nostálgicas y emocionadas, algunas de las vivencias de su madre.

La calma reinante podría tornarse polémica en las próximas semanas. Fuentes cercanas a Gustavo, mano derecha de Teresa, quien le consideraba como un hijo, explican que tiene ganas de conceder una entrevista despojado de miedos y remilgos. Ha permanecido demasiado tiempo callado esperando, quizás, un reconocimiento sincero y necesario.

Las hermanas Campos son conscientes del vendaval mediático que puede levantarse si finalmente Gustavo decide hablar. Dicen que no tienen nada que esconder y que siempre han tenido un comportamiento ejemplar con él, pero ocultan, callan o desdibujan los enfrentamientos, discusiones y reproches que han protagonizado durante los últimos tiempos. Es como si Carmen y Terelu hubiesen querido minimizar la implicación y el trabajo desarrollado durante tanto tiempo.

Ellas mismas se han encargado de contar que Gustavo se ha extralimitado en sus funciones y que ha estado percibiendo su salario completo hasta el deceso de María Teresa: "Si Gustavo quiere hablar será muy injusto, porque siempre le han tratado como a uno más de familia y le han perdonado cuando ha hablado más de la cuenta", dice alguien que está muy cerca de Terelu y que hace referencia a un episodio que pocos conocen y qué ocurrió cuando las hermanas andaban a la gresca por los platós de televisión.

Por aquellos entonces, Gustavo no solo mantuvo conversaciones con periodistas, sino que pudo haber compartido información confidencial y de gran relevancia.

Al enterarse de la supuesta traición, el enfado de la familia fue mayúsculo "pero en lugar de desterrarlo, lo que Carmen y Terelu hicieron fue perdonarlo. No por ellas, que se llevaron un disgusto del que todavía no se han recuperado, sino por Teresa [Campos]. Ya había sufrido demasiadas pérdidas como para arrancarle al que consideraba un hijo. Gustavo no solo no agradeció el gesto, sino que intentó justificar lo que era más que evidente".

En otro orden de cosas, estos días también se habla del patrimonio que la comunicadora podría haber dejado a sus herederos y del impacto que el reparto de la masa hereditaria podría tener en sus relaciones personales.

20minutos ha podido confirmar que María Teresa dejó "perfectamente organizada" la repartición de sus bienes (un piso en Málaga; dinero en cuentas corrientes;joyas de gran valor varias obras de arte en la que se incluyen cuadros y otros objetos; y una colección de zapatos) por lo que su muerte no debería generar mayor tensión entre los legatarios.

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