En las últimas semanas se venía cacareando la posibilidad de que Meghan Markle y el príncipe Harry hiciesen pronto las maletas y abandonasen la mansión en la que actualmente residen y se marchasen a otro casoplón, más cercano a la costa, en la zona de Malibú. Pero, según ha podido saber el portal de noticias Page Six, nada más lejos de la realidad.

Según explican desde el citado medio, los duques de Sussex no tienen ninguna intención de realizar una mudanza próximamente y un representante de los mismos ha dado a conocer que ni Meghan ni Harry quieren irse de la increíble casa californiana de 14 millones en la que viven hoy por hoy.

A pesar de los rumores que apuntaban que el matrimonio había estado persiguiendo un terreno de 8 millones de dólares y que ya lo habían visitado para certificar su compra, el portavoz de la pareja ha declarado que "no es cierto que se hayan mudado a Malibú ni a ningún otro lugar" y que tampoco es verdad que este pasado fin de semana visitasen la localidad costera.

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De hecho, ha explicado que Meghan Markle y el príncipe Harry aprovecharon esos días para asistir a varios eventos que tuvieron lugar en Los Ángeles —como el concierto de Beyoncé al que fueron juntos o el partido de fútbol que enfrentó al Inter Miami de Leo Messi contra Los Angeles FC en el que se localizó al hijo de Carlos III de Inglaterra entre el público—, a unos 75 kilómetros de donde las noticias aseguraban que habían estado.

Según las informaciones publicadas, los duques de Sussex querían adquirir una propiedad de unos 24.280 metros cuadrados que todavía está en construcción e instalarse allí, convirtiéndose en vecinos de algunas celebrities como Miley Cyrus o Caitlyn Jenner.

Sin embargo, el representante ha dejado claro que esa nunca fue una opción real y que prefieren continuar con su vida y la crianza de sus dos hijos —Archie, de cuatro años, y Lilibet, de dos— en la mansión de Montecito a la que llegasen en 2020 tras el conocido Sussexit que protagonizaron para alejarse de la familia real británica.