El rey emérito Juan Carlos I ha entrenado este viernes en Cowes, al norte de la isla de Wight (Reino Unido) para participar a partir del lunes próximo, con el velero Bribón, en el campeonato mundial de vela de la clase 6m.
El torneo va a celebrarse en la isla de Wight hasta el 8 de septiembre. A sus 85 años, el padre de Felipe VI aspira a volver a conquistar el título por tercera vez.
En contra de lo que hizo en Sansenxo (Pontevedra) en julio pasado, Juan Carlos ha atendido a la prensa española concentrada en el pantalán para interesarse por su estado. El rey iba a acompañado por un escolta, de cuyo brazo se agarraba. Visiblemente más delgado, porque ha perdido 20 kilos, Juan Carlos andaba con más ligereza que la última vez que se le vio en la localidad gallega.
El anterior monarca en ejercicio ha dicho a la pregunta de cómo se encuentra, que "todo bien". Y ha dedicado una broma a los periodistas. "Abrigaros, que no hace el sol de Marbella".
Efectivamente, el mal tiempo en Cowes era notable esta mañana. "Mucho viento", ha señalado el rey, en referencia a que, de persistir, eso puede dificultar las regatas.
"A eso venimos" ha respondido cuando se le ha interpelado si cree que su barco tiene opciones de ganar.
Juan Carlos estará en la tripulación del Bribón, cuyo capitán es su íntimo amigo el empresario Pedro Campos, en cuya casa se aloja cuando visita Sansenxo.
El mundial que se va a a celebrar en la localidad de Cowes, al norte de la isla, es el tercero en el que participa el padre de Felipe VI, después de lograr el título en la categoría de clásicos en los disputados en 2017 en Vancouver (Canadá) y, dos años después, en Hanko (Finlandia).
El último campeonato se celebró en Sanxenxo en junio de 2022. El Bribón quedó segundo, pero Juan Carlos I decidió no participar.
Al rey emérito le acompaña su hija mayor, Elena, de 59 años. Precisamente, estos días el nombre de la infanta ha salido en los medios por mantener presuntamente un desencuentro con su hermana Cristina a cuenta de su hija Victoria Federica, influencer de 23 años, que sería una mala influencia para su prima Irene Urdangarin, de 18 años.
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