La madre de Luis Rubiales, el suspendido presidente de la Real Federación Española de fútbol, Ángeles Béjar, que llevaba tres días encerrada y en huelga de hambre en la iglesia de la Divina Pastora de Motril, ha sido trasladada al hospital Santa Ana de Motril, donde se encuentra ingresada en el servicio de urgencias en observación.

Ángeles Béjar tenía previsto realizar en la tarde del miércoles una comparecencia ante los medios de comunicación cuando se le ha presentado el problema físico, por lo que quince minutos después ha salido el párroco desvelando "la peor noticia posible", ya que no podría acudir "al padecer una crisis ocasionada por la enfermedad crónica que padece".

Hasta allí se había desplazado un equipo de Así es la vida, que vivió un momento tenso cuando, casi al final del programa, su reportero decidió entrevistar a una vecina, defensora anónima de Luis Rubiales.

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Esta intentó besarle primero y, después, tocarle sus partes íntimas, ante el estupor de los presentes en plató.

"No es normal que crucifiquen a un hombre que ha llevado a España a ganar la copa del mundo. ¡Pero que miréis eso más bien que ir detrás de él por un piquito! A ver, te voy a dar un piquito a ti". En ese momento, se acercó a al reportero para besarle mientras este se echaba hacia atrás.

"Yo puedo hacerte todo lo que quiera, soy una mujer", continuaba diciéndole ella, de manera irónica. "Puedo cogerte de los huevos si quiero, ¡mira! ¿Y un hombre no puede? Pobre", continuaba exclamando la mujer, mientras hacía el gesto. Algo que, con su cara, lamentaba el propio reportero.

Traslado de la madre de Rubiales

Béjar ha entrado en el hospital pasadas las 18.30 horas por la zona sur y presentaba diferentes dolencias posiblemente ocasionadas por la enfermedad crónica de riñón que padece y agravadas por los tres días de encierro y de huelga de hambre que lleva.

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La madre de Luis Rubiales presentaba un importante hinchazón en las piernas, pudiéndose haber ocasionado por la acumulación de líquidos, vómitos, mareos y angustia, así como un fuerte malestar físico que ha motivado que el médico que la ha tratado en la iglesia donde secundaba el encierro recomendara el traslado a un centro sanitario.