Juan Luis Saldaña Periodista y escritor
OPINIÓN

La escala de Bristol de la información

Un ciudadano se esfuerza por mejorar su escala de Bristol informativa.
Un ciudadano se esfuerza por mejorar su escala de Bristol informativa.
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Un ciudadano se esfuerza por mejorar su escala de Bristol informativa.

La escala de Bristol podría ser un teatro clásico de ópera, una sucesión de notas de música barroca con mucho contrapunto o, quizá, una estación moderna obra de un arquitecto famoso, pero la escala de Bristol es otra cosa. Es un medidor del tipo de heces que expele el ser humano en sus deposiciones que analiza su forma y tamaño y las clasifica desde el uno hasta el siete. Los autores fueron Heaton y Lewis, científicos de la Universidad de Bristol, en 1991. La primera vez que se publicó fue en 1997 en el Diario Escandinavo de Gastroenterología.

En el puesto número uno de la escala de Bristol está lo duro, lo nuclear, lo comprimido, lo que sale con esfuerzo y en formato de metralla y en el puesto número siete, por contra, está la liquidez, el cash flow, el grifo, la soltura y la ligereza. La escala viene a decir, como ya dijo Aristóteles, que en el justo medio se encuentra la virtud. Heaton y Lewis utilizaron para definir este justo medio, que anda en el cuatro de su escala, una comparación sencilla para que les entendiera el mundo y no solo los gastroenterólogos escandinavos: una salchicha.

Entrar en alguna red social es deprimente, leer algunas noticias resulta desesperante y escuchar opiniones en la calle, a veces, asusta.

Los acontecimientos de este agosto tan turbio han sido la gota que ha colmado el vaso. Entrar en alguna red social es deprimente, leer algunas noticias resulta desesperante y escuchar opiniones en la calle, a veces, asusta. He visto claro que necesitamos una escala de Bristol de la información. Por seguir a los maestros, mantendremos los siete niveles. Lo extremo será preocupante y lo centrado, como pretenden siempre los políticos, será lo más razonable. Dado que, por razones obvias, la escala de Bristol presupone el método de la autoevaluación, aquí, siempre fieles a la ciencia, haremos lo mismo. Ahí va:

-Uno: tu opinión es dura, impenetrable, no cambia y siempre se mantiene en su sitio. Tienes certezas. Siempre escuchas lo mismo, lees a los mismos y te ponen enfermo los que piensan diferente a ti. 

-Dos: tienes amigos que piensan distinto a ti. Tenéis un pacto de no agresión. En casa no se habla de nada conflictivo. Sabes que tienes razón, pero huyes de la discusión y así no tienes que escuchar a otros.

-Tres: tienes cierta flexibilidad. A veces, das la razón a los que no piensan como tú. Los lees bastante y te enervan, pero lo haces para tener una visión más objetiva.

-Cuatro: te ríes un poco del panorama. Guardas las opiniones para tu intimidad, aunque no estás tan convencido de que estés siempre en lo cierto. Eres crítico con los tuyos, aunque los defiendes hacia afuera cuando te parece necesario. 

-Cinco: te faltan argumentos, pero no vas a ir a buscarlos. Eso lleva esfuerzo. Vas a seguir con las ideas de hace veinte años y a tratar de que no te molesten.

-Seis: eres cambiante, te fias de lo que dicen los que mandan en los partidos con los que simpatizas. Te vas amoldando, tienes algunos arranques de furia, te movilizas cuatro veces al año.

-Siete: te adaptas. Eres líquido. Todo te parece bien si lo dicen los tuyos. Es lo que toca para sobrevivir. Justificas cualquier cosa con tal de que nada cambie. Vendes progreso, pero, en realidad, eres muy conservador.

¿En qué parte de la escala te encuentras? ¿Cómo son tus deposiciones informativas? Si estás en el uno, dos, tres, cinco, seis o siete, te recomendamos mejorar tu dieta. Ingiere información más sana y, sobre todo, más variada. Y hasta aquí nuestro programa de hoy. Seguiremos informando. 

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