Izarbe Lafuerza Experta en inteligencia emocional, formadora en Finlandia y España
OPINIÓN

Sinéad y Barbie

Abusos, religión y música: el documental que lo contó todo sobre Sinéad O'Connor
Abusos, religión y música: el documental que lo contó todo sobre Sinéad O'Connor
Abusos, religión y música: el documental que lo contó todo sobre Sinéad O'Connor

La que una vez fue estrella del pop, Sinéad O’Connor marchó y Barbie regresó. Sinéad, siempre valiente y fiel a sí misma. Jamás sucumbió a los cánones de belleza ni a otras expectativas sociales. Su personalidad no se lo permitió y su icónico corte rapado lo demostró. Convertirse en la "belleza" de una industria nunca fue una opción. Barbie, que siempre lo fue, ahora no lo quiere ver. Ella volvió con una nueva versión. Nos sorprendió con un mensaje empoderador. Tanteó otra intención, activista y no capitalista, y una nueva aspiración: alentar un cambio social y no un consumismo global para una ganancia individual. ¿Discurso suficiente para una segunda oportunidad?

La muñeca que, en su día, contribuyó a que las niñas barajasen roles más allá de ser madre, se merece, como todos, poder rectificar. Pero no a toda costa. Enmascarar un mensaje consumista bajo un supuesto mensaje activista no es ético. Los ideales no se capitalizan, se defienden como un derecho para vivir con mayor igualdad, inclusión y paz; jamás para facturar. Sinéad puso la música al servicio de sus creencias; no para que se reprodujeran más sus canciones sino para que se escuchasen más sus convicciones. Ella no utilizó ideales para alzar su voz; la alzó para defenderlos. Ella puso a temblar al espectador por su voz tan única y auténtica como su visión sobre la música, la vida y el mundo. Ella sí que revolucionó el panorama artístico y el social, derribando estándares de belleza y temas tabú. Ella sí que dio de viva voz su opinión y la de aquellos que no la tenían.

Con Barbie, sin embargo, se prima el lucro individual, pasando de pérdidas a cotización en alza. Dado el presupuesto, este resultado debería ser lo mínimo esperado, sin embargo, es considerado por muchos como una estrategia comercial a replicar. No hay ni un cabo suelto. Ni un paso sin marca ni contrato. Las sandalias que le dan a la protagonista para caminar por la vida 'real' para descubrir la 'verdad', llevan firma

El tráiler las muestra y se encarga de que dejen huella. Y voilà, el mundo al revés: Barbie posicionada como una nueva fuente de inspiración y la gran pantalla como en una valla publicitaria. Una en la que se verbaliza sobre la aceptación de todos los rasgos humanos a la par que se lanzan productos para corregirlos, como una crema para combatir la celulitis o una pasta de blanqueamiento dental para conseguir una sonrisa 'icónica Barbie'.

Lejos de ser digno de admiración, ni inspira ni cuadra y, si no casa, ni caso ni imitarlo. Aún así, seguimos priorizando los intereses económicos e individuales y, bajo una aparente lucha por unos ideales, ocultamos una lucha por salvarnos a nosotros mismos. Si seguimos esta línea, el autoengaño y el daño seguirán intactos y no avanzaremos. Puede que ahora las muñecas sean de plástico reciclado pero siguen siendo de plástico. No sigamos así. Nuestras acciones alimentarán esa conducta o, por el contrario, la frenarán. Apostemos por artistas como la cantante Sinéad O’Connor. Ella se volcó en la música, no para alcanzar mayor fama musical sino para entregar su mejor versión. Ella exploró su interior y dejó huella en el exterior.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento