Juan Luis Saldaña Periodista y escritor
OPINIÓN

Elon nos va a romper el juguete

El logotipo del pajarito azul que identificó a Twitter durante años ha pasado a la historia, de acuerdo con el propietario de la plataforma, Elon Musk, que planea identificarlo a partir de hoy con una simple 'X'.
Me pareció ver un lindo pajarito.
X
El logotipo del pajarito azul que identificó a Twitter durante años ha pasado a la historia, de acuerdo con el propietario de la plataforma, Elon Musk, que planea identificarlo a partir de hoy con una simple 'X'.

El señor Elon Musk no para de enredar con el juguete que se compró por cuarenta mil millones de dólares. Hablamos de él como de un primo rico o como de un tipo que iba a clase con nuestro hermano mayor, pero es otra cosa. Algún día habrá que analizar esta fascinación que sentimos por los cuatro empresarios norteamericanos de éxito, esos agujeros negros de la riqueza, que nos dan lecciones de vida y consejos para antes de dormir.

Elon ha cambiado el pajarito de Twitter por una letra equis bastante fea que se parece a muchas cosas. Hace tiempo que comenzó una transformación extraña de la conocida red social y a muchos de los que están ahí echando la mañana y matando la tarde no les ha gustado nada. El cambio de logotipo es importante y puede que el experimento salga mal. Comprar algo para cambiarlo rotundamente es un ejercicio que, a veces, no funciona.

El que consiga hacer aquí lo que tiene, por ejemplo, WeChat en China, tendrá el mando.

La explicación que ha dado la empresa es rara, genérica, futurista de mesa camilla y algo distópica. Dicen que con este cambio “la aplicación se consolidará como una plataforma centrada en audio, vídeo, mensajería y pagos impulsada por inteligencia artificial”. Musk sabe que la batalla por las superaplicaciones va a ser fundamental en occidente. El que consiga hacer aquí lo que tiene, por ejemplo, WeChat en China, tendrá el mando. Lo de la inteligencia artificial como respuesta a todo requiere también otra reflexión.

La teoría está ahí, pero la práctica es otra. Musk quiere que hagamos todo a través de Twitter o como se llame. Piensa que compraremos y pediremos taxis por su aplicación. Puede ser, pero el cambio será duro y complicado. Lo que Musk se compró fue una plaza del pueblo digital, una barra de bar infinita, un ejército de clones de cuñados, una guillotina diaria, grupos de presión haciendo creer cosas a los incautos, lanzadores de piedras, escondedores de manos y mirones silentes con ganas de enfadarse un poco.

Solo hay que mirar cómo se presenta la gente en su descripción de Twitter para comprender el drama humano que hay detrás. Supongo que Elon Musk es más listo que el resto y le importa bien poco lo que piensen los demás. Cambiar un pajarito azul por una equis es sencillo, pero cambiar la mentalidad de la gente en uno de sus momentos más ruines y de mayor diversión y consumo de dopamina es todo un desafío. A ver cómo lo hace. 

Mostrar comentarios

Códigos Descuento