Carmen Posadas desmitifica a Mata Hari: "Su único mérito fue bailar desnuda"

Carmen Posadas desvelará algunas claves de su narrativa el próximo jueves en los encuentros con autor de Mares de Papel
Carmen Posada, autora de "Licencia para espiar"
20M EP
Carmen Posadas desvelará algunas claves de su narrativa el próximo jueves en los encuentros con autor de Mares de Papel

La escritora Carmen Posadas (Montevideo, 1953) ha afirmado este martes que la historia de la espía neerlandesa Mata Hari, que prestó sus servicios a los dos bandos durante la primera guerra mundial, está sobrevalorada porque "su único mérito fue bailar desnuda" durante sus años de artista de cabaret.

La escritora uruguaya ha desmitificado el personaje de la doble espía más famosa de la historia en uno de los capítulos de su último libro, Licencia para espiar, en el que aborda el papel que tuvieron las mujeres en el espionaje desde la antigüedad hasta el siglo pasado.

Con el paso de los años -y ante el declive de su carrera-, la afamada artista de cabaret conocida popularmente como 'la Mata Hari' decide iniciar una nueva etapa como espía. "Como si Madonna o Shakira espiaran ahora para rusos y ucranianos", ha explicado la autora en un encuentro con la prensa en la Semana Negra de Gijón. Sin embargo, dice, su trabajo "fue pésimo".

Mata hari
Fotografía tomada a Margaretha Geertruida Zelle, 'la Mata Hari'  
Wikimedia Commons

En el último libro de Carmen Posadas encontramos, entre otras historias, la de la bíblica Rahab -cuya intervención fue decisiva para conquistar la Tierra Prometida-, la de la juglaresa gallega 'la Balteira' durante el reinado de Alfonso X, o la del escuadrón volante de Catalina de Médicis

Durante esta fase de investigación, la autora descubrió que la indígena Malinche, amante de Hernán Cortés, "no fue una traidora", sino una "espía brillante". Así, la leyenda originada tras su "traición" que explicaba la condena de su pueblo a vivir 300 años de esclavitud, sería en realidad un acto de defensa de los intereses de su tribu, la cual estaba sometida por otras, según ha explicado.

En el caso de Caridad Mercader, Posadas determinó que fue "una mujer tan entregada a la causa de la Unión Soviética, que no solo ordenó a su hijo Ramón Mercader que asesinara a León Trotski, sino que mató a su propio esposo cuando vio que flaqueaban sus convicciones comunistas".

La autora ha comprobado que las mujeres son mejores espías que los hombres porque son más discretas, aunque ella misma "no podría serlo" porque le "temblarían las piernas" y tampoco encuentra ninguna motivación personal para hacer ese trabajo.

Posadas ha recordado también que, durante la Guerra Fría,  los servicios secretos de Alemania Oriental infiltraron a hombres muy guapos al otro lado del Muro de Berlín con el objetivo de seducir a las secretarias de altos jefes de las Fuerzas Armadas y de grandes empresas y obtener información delicada a través de ellas. Este tipo de actividad que se ha llevado al cine en películas como James Bond recibe el nombre de  "sexpionaje".

Por otro lado, Posadas ha destacado que con la caída del comunismo los servicios secretos de occidente se relajaron. Ahora, el enemigo eran los grupos ecologistas radicales. Tanto es así que cuando ocurrió el atentado de las Torres Gemelas de Nueva York "en la CIA no había nadie que supiera hablar árabe".

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